La Junta no consiguió parar las protestas de la comunidad educativa granadina por la posible reordenación de los centros educativos de la provincia. El delegado de Educación, Antonio Jesús Castillo, aseguró a principios de semana que se congelaban, mínimo para el próximo curso, los planes que incluían eliminar las clases de la ESO en los colegios que imparten Infantil, Primaria y los dos primeros cursos de Secundaria. Pero no fue suficiente ... . «No hay nada escrito, no hay nada seguro y no sabemos si este año se paran los planes y los siguientes siguen adelante, así que nos hemos unidos todos en esta manifestación y esta huelga», explicó ayer Rosa Funes, presidenta de la Federación de asociaciones de madres y padres de Granada Fampa Alhambra.
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Ayer se movilizaron cientos de familias, niños, profesionales y sindicatos para protestar por lo que consideran unos «recortes encubierta». Decidieron terminar su marcha en la Delegación de Educación para pedir explicaciones al delegado y mostrarle, en persona, su descontento. Pero no lograron respuesta alguna. Además, este periódico quiso conocer la opinión de Castillo sobre el asunto, pero no fue posible. Quien sí habló sobre el tema fue el consejero de Educación, Javier Imbroda, que volvió a vincular, por segunda vez, las quejas que se han producido en Granada a una «falta de comunicación» o una «comunicación incorrecta».
Representantes de las Ampas de toda la provincia estaban llamados a reunirse con el delegado de Educación este sábado para tratar la reordenación de los centros educativos que se planteaban realizar desde la Junta. Pero, tras la movilización llevada a cabo este jueves en la capital, las asociaciones de padres y madres han recibido un correo en el que se les anunciaba que la reunión quedaba cancelada.
«Se comunica a todas las asociaciones inscritas para la reunión prevista el sábado 18 de enero que se cancela dicha reunión», explican en el correo enviado desde la Delegación de Educación. Además, aseguran que el encuentro quedará aplazado a una nueva fecha que se les comunicará a través de otro correo electrónico.
Unas palabras que sirvieron para hacer más patente aún la brecha que las quejas de la comunidad educativa han abierto en el seno de Educación. Estas declaraciones se suman a las ya realizadas días antes por Imbroda, que afirmó que las protestas de las Ampas no han ocurrido en ningún otro sitio de Andalucía más que en Granada y explicó que lo que ha ocurrido en la provincia es «una comunicación que quizás no ha estado demasiado acertada por parte del delegado».
Granada se ha convertido así en el principal escollo de la Junta para poner en marcha un plan que quería implementar en toda Andalucía, pero que ha tenido que congelar, de forma temporal, en la provincia nazarí. Pero para los afectados, este aplazamiento no es suficiente, y por eso ayer se sumaron a una manifestación que partió a las once de la mañana en la plaza del Humilladero y que logró reunir a cientos de granadinos. Para los convocantes, se consiguieron sumar más de 7.000 voces pero, para la Policía Local, la cifra no superó los 1.300.
«Delegado, da la cara», «Castillo, dimite», «con mi Educación no se juega». Ciudadanos venidos de los rincones de toda la provincia se lanzaron ayer a las calles de la capital para protestar por la reordenación de los centros escolares y por la falta de información que afirman que están recibiendo desde Educación. Niños, padres, madres, abuelos, profesores. Todos iban a una, todos clamaban por el mismo fin. Sus voces se unificaron, y clamaron alto. Pero sus gritos no querían poner el foco únicamente en ellos mismos, sino también en los otros protagonistas de la cita, dos personalidades que no se encontraban en el lugar pero que consiguieron copar todos los cánticos, los comentarios y las quejas: el consejero de Educación, Javier Imbroda, y el delegado de esta cartera en Granada, Antonio Jesús Castillo. «Dimitid», gritaban una y otra vez los manifestantes.
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Más de dos horas tardaron en recorrer los dos kilómetros que componían la manifestación convocada para ayer a causa de la gran afluencia de participantes. «Es increíble que haya tanta gente. Sabíamos que iban a venir muchas familias, pero no sabíamos que tantas», comentó una madre mientras ayudaba a su hijo, de apenas cinco años, a portar una pancarta que rezaba: «Un colegio que cierra es un pueblo que muere».
Eran personas muy distintas, venidas de diferentes municipios. Pero todos coincidían en lo mismo: necesitaban explicaciones y que los planes de la Junta para las escuelas rurales se paralicen definitivamente. «Siguen sin darnos respuestas, por eso hemos mantenido la huelga y la manifestación», indicó la presidenta de Fampa Alhambra. Esta federación apoyó la convocatoria que organizaron los sindicatos Ustea y CGT y que también secundó el Sindicato Andaluz de Trabajadores.
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Además de esta manifestación, los sindicatos convocaron para ayer una huelga de profesorado y trabajadores de las escuelas de Infantil y Primaria de toda Granada. La mayor participación se encontró en los colegios rurales, donde los sindicatos sitúan el seguimiento del profesorado y el resto de los empleados entre el 80 y el 100%, según cada centro. Esta cifra difiere de la aportada por la Junta, que señaló que el seguimiento fue de un 1,9%, por lo que de los 5.295 docentes de Infantil y Primaria de toda la provincia, 101 la secundaron. Además, Educación indicó que de los 265 centros de Infantil y Primaria, se produjeron incidencias relacionadas con la huelga en 38. Los sindicatos, por su parte, incidieron en que la huelga se había secundado prácticamente en los 51 colegios afectados por la reordenación de los centros.
En raras ocasiones, convocantes, fuerzas del orden e instituciones se ponen de acuerdo en las cifras de las manifestaciones y la huelga. Es lo que ocurrió esta mañana al contabilizar los participantes de la concentración, pues los sindicatos situaron la cifra en más de 7.000, mientras que la Policía Local aseguró que serían alrededor de 1.300 personas. Una situación que se repite al hablar del seguimiento de la huelga, pues desde la Delegación de Educación afimaron que el seguimiento fue de un 1,9% de los docentes de Infantil y Primaria ya que, de los 5.295 docentes convocados a la huelga, un total de 101 la secundaron. A esto añadieron que, de los 265 centros de infantil y primaria que hay, se han producido incidencias relacionadas con la huelga en 38. Pero los sindicatos aseguran que el seguimiento alcanzó el 85% del profesorado de los centros afectados. Además, indican que en lugares como Pinos Genil, Freina, Algarinejo o Dehesas Viejas, el seguimiento fue del 100%.
A la huelga y la manifestación estaban llamados padres, madres y trabajadores, pero muchas familias, de forma voluntaria, decidieron no llevar a sus niños a clase para que ellos mismos mostraran su opinión sobre estos cambios. «No quiero tener que irme de mi colegio tan pronto. Me gustan mis profesores, estar con mis amigos en clase y seguir yendo en mi pueblo a clase», indicó Lucía, una niña de 10 años de Otívar.
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Julio y sus dos hijas se desplazaron ayer por la mañana desde Nigüelas, el municipio en el que viven, para mostrar su indignación. «Poco a poco están dejando a nuestros pueblos sin servicios y están haciendo que los niños tengan que ir cada vez antes a otros pueblos para dar clase», explicó el padre. «Me vine desde Mallorca a mi pueblo para disfrutar de mi tierra, pero los políticos no nos dejan y nos están obligando a irnos, porque sin educación no hay futuro ni para los niños ni para el pueblo», dice Nati, una madre de Algarinejo.
Ayer, la comunidad educativa de la provincia se lanzó a la calle para reclamar a Educación unas respuestas claras y definitivas. Y aseguraron que seguirán con las protestas y las actuaciones necesarias hasta tener un compromiso claro por parte de la Junta de que ningún cambio se llevará a cabo en sus escuelas. Así lo explicó Javier Valdés, portavoz de Ustea: «No vamos a parar hasta tener algo claro. No van a jugar con la educación de los niños y los trabajadores. Seguiremos luchando cuanto haga falta».
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Personalidades como Toni Valero, coordinador general de IU Andalucía, o la diputada socialista Elvira Ramón, se han sumado a la movilización
:: S. BAUSÁN
GRANADA. «Yo no quiero irme de mi colegio tan pronto, quiero seguir con mis amigos y con mis profesores, que son los mejores», indicó Lucrecia, de Dehesas Viejas, mientras sostenía una pancarta junto con dos de sus compañeras de colegio. Cientos de familias se sumaron a esta marcha por el centro de Granada, pero no estuvieron solas. Personalidades políticas de distinto signo quisieron apoyarles durante la cita. Uno de ellos fue el coordinador andaluz de IU y portavoz de Adelante Andalucía, Toni Valero, que pidió a la Junta «blindar las líneas públicas» educativas frente a la despoblación del medio rural y asegurar la calidad educativa en la provincia de Granada. Para el coordinador, el presidente de la Junta está sometiendo a Granada a una política de recortes a los servicios públicos.
«Hay que luchar, porque este recorte de líneas públicas va a afectar principalmente al medio rural», explicó Valero. A esto añadió:«Cada colegio rural que se cierra no se vuelve a abrir y esto se hace en beneficio de la enseñanza concertada». «La movilización es necesaria y, en este caso, ha conseguido que el Gobierno de Andalucía recule en la provincia en cuanto a ese recorte de 51 líneas que tenía previsto, si bien no hay nada por escrito», incidió.
Junto a él, y representando a Izquierda Unida en el encuentro, se pudieron ver personalidades como Mari Carmen Pérez, coordinadora provincial del partido, o Antonio Cambril, portavoz del grupo en el Ayuntamiento de Granada.
«Hoy el PSOE se ha unido a la manifestación en defensa de la educación pública y por nuestra escuela rural. Una gran movilización», señaló en redes sociales María José Sánchez Rubio, diputada del grupo socialista en el Parlamento de Andalucía. En la manifestación, además, se pudo ver a la diputada socialista Elvira Ramón y al diputado andaluz por Granada en el Parlamento de Andalucía Juan José Martín Arcos. El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Granada, Francisco Cuenca, por su parte, propuso al Consejo Escolar de Andalucía unas jornadas para reflexionar sobre la idoneidad de la reforma. Los que no fueron vistos durante la manifestación fueron los dirigentes de Ciudadanos, PP y Vox.
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