La granadina Rosario Entrena intentó comerse las uvas en Nochevieja, pero no pasó de dos. Las contracciones se lo impedían. Lo mismo le sucedió a su pareja, Barry Boots, nervioso ante la inminente llegada de su hija. Tendría que haber venido al mundo a finales ... de enero, pero decidió adelantarse y darle a sus padres un Fin de Año inolvidable. El 1 de enero de 2022, a las 1.25 horas, nació Lucía.
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Su llegada fue, sin duda, diferente de cómo la habían imaginado. El día de la Lotería de Navidad, el 22 de diciembre, a Rosario se le rompió la bolsa amniótica, por lo que tuvo que ser ingresada de urgencia en el Hospital Materno Infantil de Granada. La idea era mantenerla así hasta la semana 35 -con especial atención a que no se le desarrollara una infección-, pero Lucía prefirió nacer en la semana 30. «Estaba todo controlado y sin esperarlo, por la noche, empezaron las contracciones. Me pusieron anestesia general, ya que no daba tiempo a ponerme la epidural, y fue por cesárea, porque la niña venía de nalgas», cuenta la madre.
La bebé, prematura de siete meses, pesó un kilo y ochenta gramos y midió 39 centímetros. Conforme nació fue trasladada a la incubadora sin que sus padres pudieran cogerla. Este sábado, 1 de enero, los médicos le permitieron a Rosario levantarse al comprobar que se estaba recuperando correctamente.
Con el cuerpo temblando por los nervios se dirigió a la UCI neonatal junto a su pareja. Y, por fin, conocieron a Lucía. «No puedo explicar la emoción que sentí, estoy sin palabras. He podido meter el dedo por la incubadora y acariciarla, se mueve mucho», relata. El sueño de sus padres ahora es poder cogerla en brazos. Tendrán que esperar un poco más, pero se emocionan con solo imaginar el momento.
Lucía es la primera hija de la pareja. Llevan juntos cuatro años y su historia de amor es de lo más curiosa. Rosario, de 37 años, es de Granada, mientras que Barry, de 39 años, es natural de Holanda. Ambos viajaron por separado a Perú y realizaron una ruta que acababa en Machu Picchu. Coincidieron en uno de los grupos turísticos organizados y así empezó todo. «Tuvimos una relación a distancia, un año después me trasladé a Holanda y a principios de 2021 nos mudamos a Granada», manifiesta Rosario. Él ya sabía español, pero con Rosario consiguió perfeccionar el idioma.
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La pareja admite que al respeto de ser padres primerizos se le añade una sexta ola de covid que lo dificulta todo mucho más. «Teníamos mucho miedo de que Barry pillara el virus cuando salía y entraba del hospital, me aterrorizaba pensar que no pudiésemos estar juntos en estos momentos. Llevo sin ver a mis padres desde que me ingresaron y da pena no poder disfrutar de esto al 100%, pero bueno, es lo que nos ha tocado», lamenta la granadina.
Hace pocos días se habían mudado a un nuevo piso y su idea era dedicar la Navidad a organizar el nuevo hogar, pero Lucía ha llegado antes para ponerlo todo patas arriba. De cara a 2022, el mayor deseo de la pareja es entrar por la puerta de ese piso siendo ya tres, sanos y felices. Ya les queda menos.
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