La capital restringirá el tráfico y aparcamiento de vehículos contaminantes en el Centro. La zona de bajas emisiones, un proyecto al que obliga la Ley de Sostenibilidad, empezará a funcionar a final de año si no hay nuevos contratiempos -debía estar lista en 2022-. Ya ... ha comenzado la instalación de los dispositivos electrónicos que multarán a los conductores que entren al casco histórico sin estar autorizados.
Habrá 18 cámaras, similares a las que ahora impiden el paso por la calle Recogidas, distribuidas en los accesos a la almendra central de la ciudad. Según el pliego de condiciones técnicas de estos trabajos, estarán situadas en Carril del Picón, Misericordia, San Jerónimo, Lavadero de la Cruz, Gran Vía, Capitán Moreno, Pagés, Cruz de Piedra, Antequeruela Baja, Camino Nuevo del Cementerio, Paseo de la Bomba, Humilladero, San Antón, Agustina de Aragón, Alhamar, Recogidas, Plaza de Gracia y Sócrates. Una de ellas, la ubicada en la esquina entre Carril del Picón y Gran Capitán, ya está instalada. Por ahora, los conductores pueden circular tranquilos: aún no hay fecha para la entrada en vigor de las restricciones.
Como explica la concejala responsable de Movilidad, Raquel Ruz, la instalación de estos dispositivos está financiada con fondos europeos Next Generation. El despliegue tecnológico necesario para controlar el tráfico en la ciudad requerirá una inversión total que rondará los 13 millones. «Ya se están instalando. En los próximos meses empezaremos a hacer pruebas y a final de año entrará en servicio», señala.
La ley obliga a implantar la ZBE en las ciudades que tengan más de 50.000 habitantes
Las restricciones a los vehículos contaminantes en el Centro, que se aplicarán por fases, contribuirán a la reducción de las emisiones de gases contaminantes en una de las 50 ciudades españolas con mayores medias anuales de partículas en suspensión. Además de medidas paralelas, como la renovación progresiva de la flota de autobuses, se sustituirán los cuatro puntos de control de acceso por pilonas.
Además, se instalará un software de gestión de control de los accesos que incluirá la señal de las cámaras ya existentes en Recogidas, Calle Tablas, San Matías y Plaza de Santa Ana. Trece cámaras vigilarán los carriles destinados a la circulación del transporte público. A estas se suman las 18 que leerán las matrículas de quienes accedan al perímetro restringido. Estarán integradas en un sistema automático que tomará nota de la matrícula, comprobará si el vehículo está en la lista de los autorizados, según su etiqueta ambiental, o si el conductor está cometiendo una infracción. En este caso, remitirá la información a la Policía Local gracias a una red de fibra óptica para que valide la sanción.
Más vigilancia y sensores
También habrá nuevas videocámaras de vigilancia del tráfico, que registrarán las matrículas, solo ofrecerán una panorámica del estado de la circulación en tiempo real, y se renovarán 38 reguladores semafóricos para optimizar el tráfico en los principales cruces de la ciudad. Los trabajos también permitirán reforzar el sistema de puntos de medida del tráfico, los sensores que cuentan el número de vehículos que pasan por las calles de la ciudad. Habrá 34 puntos nuevos de medida de aforos.
Mientras comienzan los trabajos técnicos, siguen vigentes algunas de las dudas sobre la zona de bajas emisiones. Aún no hay fecha para el inicio de cada una de las fases en las que se dividirán las restricciones al aparcamiento y el tráfico. Se sabe que la implantación será progresiva y que las principales medidas, en un principio, no afectarán a los residentes.
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