La compra a domicilio, por pequeña que sea

«Tengo mucho miedo, que mi madre es asmática y mi padre pasa de los sesenta años. Estoy 'cagao'», reconoce Miguel, uno de los que sí vieron lo que se nos venía encima.

«Como trabajé varios años en las pizzerías Gondolieri, tengo muchos amigo en Italia, por lo que estaba muy pendiente de las noticias. Desde antes del Decreto nosotros ya habíamos puesto en marcha medidas de control e higiene: limitación de entrada en la tienda, guantes para todos los clientes y desinfección con geles hidroalcohólicos. Y unas máscaras que nos regaló Felipe, un cliente que tiene una impresora 3D y que las está haciendo gratis para protección civil y sanitarios», nos cuenta Miguel, que tiene una cosa clara: la solidaridad de la gente en España. «Hasta ahora lo veíamos en estadísticas, como las de donaciones de órganos. Ahora está aflorando en el día a día y la podemos percibir en nuestro entorno».

Hemi tiene de todo: carne, pescado, pan, fruta y alimentos no perecederos. «Hay gente que empieza a estar al límite, que vivía al día y se ha quedado sin ingresos. Van cambiando las pautas de consumo. Cada vez más clientes se llevan solo lo básico: harina, arroz, legumbres, pasta, leche, lejía... productos de primera necesidad. Muchos de ellos son ya tan amigos que los consideramos como parte de nuestra familia. Y ahí vamos a estar, ayudando en todo lo que necesiten», dice Miguel con todo convencimiento.

Por ejemplo, llevando la compra a casa. «Distribuimos por Granada capital y pueblos cercanos del área metropolitana. Aunque sean compras de menos de 10 euros. Lo que sea para que nuestros mayores no salgan a la calle».

El boca a boca hace que Miguel se encuentre con entre 20 a 40 portes diarios, dependiendo del día de la semana. Los recibe por whatsapp, los prepara y los lleva a domicilio, con su datáfono inalámbrico a cuestas. También acepta los pagos por Bizum o transferencia. Lo que sea con tan de facilitar el pago.

Miguel transmite ánimo, fuerza y empuje. De hecho, hablé con él el domingo por la tarde, que el lunes lo iba a tener complicado con la faena, me dijo. «Abrimos mañanas y tardes, todos los días del año. Solo cerramos los domingos por la tarde».

Tras intercambiar unos whatsapp, quedamos en conversar después de los aplausos. Unos aplausos diarios que, tal y como cuentan sus vecinos de Huétor Vega, también están especialmente dedicados a Hemi, en agradecimiento por todo lo bueno que están haciendo por la gente.