Condenado a pagar 20.000 euros a un policía por romperle el brazo con un bate
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El juez impone cuatro años y dos meses de prisión al acusado, que es vecino de una pedanía de Pinos PuenteCuatro años y dos meses de cárcel, así como el pago de una indemnización de 20.259 euros. Ese es el castigo que la Justicia ha impuesto a un vecino de una pedanía de Pinos Puente que, en plena pandemia, rompió el brazo a un ... agente de la Policía Local del municipio al golpearle con un bate de béisbol.
Tras dos suspensiones, finalmente el juicio se celebró el 31 de enero en el juzgado de lo Penal 3 de Granada, que ha considerado al acusado, M. A. G. O., autor de un delito de atentado contra agentes de la autoridad «con instrtumento peligroso», de otro de resistencia y de dos delitos leves de lesiones, con la atenuante de haber actuado tras beber y tomar drogas.
En su relato de hechos probados, la sentencia, fechada el 15 de febrero y a la que ha tenido acceso IDEAL, sitúa el suceso la noche del 8 de mayo de 2020, cuando, sobre las 23.00 horas, se desplazaron hasta el domicilio del procesado agentes de la Policía Local de Pinos Puente y, unos cinco minutos después, también efectivos de la Guardia Civil, ya que «el acusado se negaba a ser identificado».
M. A. G. O. se encontraba en su vivienda acompañado de su pareja sentimental y un amigo. Habían estado por lo visto consumiendo alcohol y drogas durante ese día y, al recibir la visita policial, «cogió un bate de béisbol metálico de aproximadamente un kilogramo de peso, con una longitud próxima a los 70 cm y un grosor de unos 5 cm».
A continuación, «lo lanzó en varias ocasiones hacia los agentes», hasta que alcanzó a uno de los funcionarios. Lo lesionó «en el antebrazo derecho, cuando este se protegía para evitar que le diera en la cabeza».
La sentencia considera también probado que el acusado azuzó a sus canes de raza potencialmente peligrosa (Staffordshire Terrier), para que arremetieran contra los agentes, «si bien los dos perros se mantuvieron calmados».
Mientras esto sucedía, otros dos agentes acudieron a la vivienda y procedieron a la detención del acusado, que no fue fácil, pues el encausado les «propinó empujones y patadas».
La lesión por la que M. A. G. O. habrá de indemnizar al agente lesionado fue «una fractura de diáfisis radio derecha desplazada», por la que tuvo que pasar por quirófano y someterse a un tratamiento rehabilitador.
También dos de los agentes de la Guardia Civil actuantes tuvieron que ser atendidos al lastimarse las muñecas, de ahí a que el acusado haya sido condenado también por dos delitos leves de lesiones, por los que habrá de pagar dos multas de 180 euros al Estado e indemnizaciones de 1.024 euros y 340 euros a los dos guardias.
Los agentes iban uniformados y con la intención de identificar a las personas que participaban en aquella reunión. Cabe recordar que el decreto de alarma, vigente entonces, prohibía la visita domiciliaria de no residentes, por lo que, ante el ruido procedente de aquella casa, alguien dio aviso a la autoridad.
En la vista, el acusado negó haber arremetido con violencia contra la fuerza actuante. Llegó a afirmar que él fue el agredido, y que los agentes «le atacaron, le tiraron al suelo con brutalidad, sin causa justificada» en el interior de su domicilio, en lo que, sostenía, había sido una entrada «ilegal».
Su defensa alegó, de hecho, que se había vulnerado su derecho fundamental a la inviolabilidad domiciliaria, que está recogido en el artículo 18 de la Constitución Española. Y, sobre el bate, afirmó que solo dio «giros en el aire» y que fue el agente policial «el que puso la mano» para recibir el impacto.
«La credibilidad del acusado es nula», concluye el magistrado que enjuició este asunto, Antón Henares, para quien «la prueba practicada demuestra que el acusado, con violencia, agredió con un bate de béisbol a un agente de la Policía Local de Pinos Puente, resistiéndose además con violencia a ser detenido, lesionando también a agentes de la Guardia Civil».
El juez resalta que el incidente tuvo lugar «en la misma acera de la calle y no en el interior de domicilio», así como que el acusado conocía perfectamente el carácter oficial» de los policías y guardias que habían acudido.
Se da la circunstancia de que policías, ante la actitud violenta del tipo, llegaron a usar un espray con gas pimienta de defensa. Pero fue inútil y por eso tuvieron que pedir refuerzos. El agente que resultó con el brazo roto ha ejercido la acusación particular y ha estado representado por el abogado Domingo Domingo.
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