El 30 de junio de 1982 se celebró la primera sesión ordinaria del Parlamento de Andalucía. El primer punto que se debatió abordó la ubicación de las sedes de las instituciones autonómicas. El encargado del turno de palabra del PSOE fue el granadino Manuel ... Pezzi, que habló de los problemas de una «Andalucía desarticulada territorialmente». Tocaba argumentar por qué el Gobierno andaluz y el Parlamento debían estar en Sevilla. «No podemos hacer de este tema algo emotivo o demagógico que lleve a cada uno a decir las excelencias de su patria chica, de su ciudad pequeña o de su pueblo grande. (...) ¿Qué quiero decir? Pues que, en definitiva, si entramos en una propuesta emotiva cada pueblo o cada ciudad tendrá sus defensores», consta en el diario de sesiones. Se convino entonces que Sevilla, como «capital», albergase la Junta y la Cámara andaluza, y Granada acogiera el Tribunal Superior de Justicia. Hubo 73 votos a favor, 14 en contra y 18 abstenciones.
Casi cuarenta años después, aquel debate no se ha terminado de cerrar y el lamento contra el centralismo sevillano –en concreto, de la Junta– resurge periódicamente. Lo ha hecho en Granada, a raíz de las últimas decisiones del Gobierno andaluz sobre el Parque de las Ciencias o los colegios rurales. Hay que sumar cierta inacción del Ejecutivo central –el tren de media distancia, por ejemplo– y que hasta el propio expresidente del PP granadino dio argumentos cuando denunció en público que su partido «vendió» en junio la alcaldía de Granada a cambio de cuotas de poder en Málaga. Un trueque que rememora el canje que en los primeros ayuntamientos democráticos hizo el andalucismo; un pecado que nunca terminó de expiar en la ciudad nazarí.
Más de medio centenar de colectivos ultiman un documento para movilizarse el 15 de marzo contra un trato hacia Granada que entienden discriminatorio. El martes habrá una asamblea en el Colegio de Arquitectos para terminar de afinar las últimas frases. Hay un par de afirmaciones especialmente incómodas. Una de ellas es que la crítica se extiende a las últimas cuatro décadas y eso compromete al PSOE y sus asociaciones afines. Pero los socialistas también temen quedarse fuera de una protesta que puede ser multitudinaria.
El lunes se reunió el grupo habitual de los socialistas granadinos e invitaron además a varios militantes 'veteranos' para escuchar su opinión. Acudió Manuel Pezzi, y tres los ex secretarios provinciales, Antonio María Claret García, José Moratalla y Francisco Álvarez de la Chica. Fue el portavoz en la capital y exalcalde, Francisco Cuenca, quien defendió la necesidad de sumarse a la movilización de marzo. Los 'sabios' advirtieron de algunos riesgos. El primero y más obvio, que se puede volver en contra de la propia gestión socialista. «El discurso del agravio es un cuchillo metido en mantequilla. Y no se sabe hasta dónde puede llegar. Que después la Costa se manifieste porque se siente agraviada con respecto a la capital. Y, ¿qué hacemos entonces?». Otro riesgo es que a la movilización del 15 de marzo se peguen grupos que, incluso, rechazan la autonomía.
CITA EN EL PP CON DOS AUSENTES
También hubo esta semana una reunión interna en el PP cargada de significado. Fue el lunes. El nuevo presidente citó a los concejales de la capital, pero no a todos. Hay dos versiones. La oficial excusa que acudieron aquellos que habían solicitado cita por separado a Pablo García. Pero los 'excluidos' argumentan que ellos también llamaron. Otra cosa es que les hayan cogido el teléfono. Los dos únicos ediles que no estuvieron fueron Sebastián Pérez y Francisco Fuentes.
No fue una cita para conspirar ni para ahondar en la retirada por fases de Sebastián Pérez. Pablo García vino a pedir tranquilidad y calma. Cosa complicada si se le suman algunos movimientos que se han producido esta semana y que han acentuado la fractura.
Sebastián Pérez no va a salirse –otra vez– del guion. Según su entorno, teme que un error de cálculo lo utilicen para justificar un expediente y posterior expulsión. Por eso no ha renunciado al área de Contratación, como dijo inicialmente, y dejará la decisión en manos de la nueva dirección del partido.
DUELO DE FUERZAS EN CIUDADANOS
Las votaciones en Ciudadanos para elegir los compromisarios que acudirán al cónclave de marzo se aplazaron ayer por un problema informático. En Granada hay 35 aspirantes para diez plazas. Una lista se ubica en el entorno de Luis Salvador. Aquí están, entre otros, el concejal de la capital José Antonio Huertas, la parlamentaria Concepción González Insúa, el diputado provincial Francisco Rodríguez Ríos o José Manuel Lemos (Motril). Otra candidatura de diez se asocia al secretario de Organización y parlamentario, Raúl Fernández, y a Fran Hervías. Aquí está el edil granadino Manuel Olivares y una amplia presencia del Área Metropolitana. Hay una aspirante que repite en ambas listas: la concejala de Almuñécar Beatriz González. Otros quince militantes que concurren por libre. Entre ellos, los motrileños Lola Sánchez y Rafael García Luján o Manuel Martín, un deportista con discapacidad conocido como Manolo 'Bochero'.
Las llamadas y las argucias para ganar este duelo interno están siendo intensas.
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