A la derecha, Miguel Heredia con el Cúllar Vega. IDEAL

Obituario en Granada

Consternación en Granada por el mecánico que entrenó a cientos de niños

El mundo del fútbol llora la muerte de Miguel Heredia, que dirigió equipos como Arenas de Armilla, Cúllar Vega, Iznalloz o Atlético Estrellas de la Chana

Pepe Moreno

Granada

Martes, 12 de diciembre 2023, 00:31

Nació en el ya extinto Corral del Poyo -su nombre venía de un característico poyete en su puerta-, que se ubicaba detrás de la actual Subdelegación del Gobierno de Granada, pero era un chanero de pura cepa. Vivió desde finales de los 50 en las míticas casillas de la zona conocida como las Angustias. Por las mañanas desarrollaba su oficio, el que le daba de comer. Era mecánico del Ministerio de Defensa. Así se ganaba el sueldo. Por las tardes se dedicaba a su pasión: ser entrenador de fútbol.

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Miguel Heredia Trujillo ha dejado huérfano al fútbol provincial de Granada. Por su pizarra pasaron cientos de chavales. Sus tácticas eran populares y su carisma más que ilustre. Dirigió numerosos equipos con los que culminó más que notables temporadas. Por sus números era conocido y por su sentido del humor será recordado. Entrenó a conjuntos como Arenas de Armilla, Belicena, Iznalloz o Cúllar Vega.

Minuto de silencio

Era de esperar. En distintos campos de fútbol de Granada se ha guardado este fin de semana un minuto de silencio en su memoria. Es el recuerdo de un hombre que se dedicó por y para los jóvenes que tenían pasión por el balón. Llegó a entrenar al equipo armillero en Tercera división, fundó distintos clubes y también se entregó en cuerpo y alma a sus colores, los del Atlético Estrellas de la Chana.

Miguel Heredia y su sentido del humor en los banquillos. IDEAL

Mecánico

También se hizo querido en su barrio por otras labores. Miguel Heredia no dudaba en cambiar el aceite o arreglar un manguito al coche de cualquier vecino. Siempre de manera altruista. Porque sus casi 40 años de experiencia como mecánico le dieron para mucho. Aquí también se hizo querer. En Granada estuvo en el acuartelamiento de Cervantes, en la Avenida Pulianas y en Almería en la base militar Álvarez de Sotomayor de Viator.

Hoy, veteranos del ejército y jóvenes del mundo del fútbol están de luto. Se ha ido un talento que, además, era buena persona. Y no es un decir. Todos coinciden.

Ahora solo queda un consuelo. Es posible que esté desde arriba observando si sus equipos juegan como él les enseñó.

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