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Rosa Soto
GRANADA
Jueves, 20 de diciembre 2018, 00:41
Medio centenar de vecinos de la zona Norte se concentraron ayer en la plaza del Carmen con un objetivo claro: exigir a Endesa que solucione de una vez los cortes de suministro eléctrico que arrastran desde hace cinco años. Entre los asistentes estaba el Defensor del Ciudadano de Granada, Manuel Martín, quien se mostró muy crítico ante la falta de profesionalidad y responsabilidad social de la compañía eléctrica y los «problemas de salud pública» que genera la falta de electricidad en el vecindario. «Los cortes de luz en la zona Norte son un atentado contra los ciudadanos y los derechos humanos; hay enfermos que no pueden conectar sus máquinas a la corriente y su vida depende de ellas», explicó.
El Defensor del Ciudadano considera de vital importancia que la administración pública entre en acción cuando la vida y el bienestar de los ciudadanos están en riesgo. De ahí que exija a la delegación territorial en Granada de la consejería de Economía, Innovación y Empleo de la Junta de Andalucía que tome cartas en el asunto y tutele a Endesa por ser dueña de la red eléctrica y proveedora de la energía. «La Administración debe tutelar la empresa y exigirle un informe escrito que explique las causas de los cortes, el listado de las reclamaciones y las indemnizaciones que tienen pendientes», apuntó Martín.
Los cortes en la zona Norte son generalizados desde hace cinco años, aunque algunas barriadas se ven más afectadas que otras y hay cortes que pueden durar diez minutos mientras que otros duran hasta 13 horas o incluso varios días seguidos. Al menos así lo explica Paqui, una vecina de algo más de 70 años que lleva dos años sufriendo los cortes de luz repentinos. «Puse una denuncia a Endesa en Consumo y me respondieron que no podían hacer nada porque era un barrio conflictivo en el que había muchos enganches ilegales. Les da igual que esté pagando por un servicio que no me dan», lamenta esta mujer. Lo peor de todo, dice, no es que se le hayan roto varios electrodomésticos como la lavadora o la nevera por culpa de los cortes de luz, sino los problemas de salud a los que se enfrenta. «A mi marido lo operaron del corazón y le han tenido que quitar los puntos con una linterna y eso lo sabe el centro de salud. Lo he tenido que bañar de noche, a oscuras, con una linterna y con velas a las tres de la madrugada. Somos mayores y enfermos, mi marido tiene 83 años y no podemos estar así», relata mientras sostiene una vela entre sus manos igual que hacen otros afectados para representar cómo viven su día a día.
Este testimonio no es el único que evidencia las dificultades que pasan las personas más vulnerables que no tienen cubiertas las necesidades básicas de electricidad. Otro vecino, que prefiere permanecer en el anonimato, relata que debe dormir conectado a una maquina especial debido a la apnea que sufre, pero se desconecta cada vez que se va la luz y sus problemas de respiración le impiden dormir. «¿A quién le reclamo que he dormido media hora esta noche? ¿A quién le reclamo el deterioro que sufre mi salud por los cortes de luz? ¿Y los gastos de los electrodomésticos? Nos están matando», sentencia.
La concejala de Derechos Sociales, Educación y Accesibilidad del Ayuntamiento de Granada, Jemi Sánchez, también participó en la concentración que terminó frente a la sede de Endesa, en la calle Escudo del Carmen. Sánchez reconoció que enviaron recientemente un escrito a Endesa a través del alcalde, pero todavía no han recibido ninguna respuesta por parte de la compañía. Además, hace dos semanas se reunieron profesionales de Servicios Sociales con técnicos de la empresa, que no ofrecieron ninguna alternativa para solucionar los actuales problemas de suministro.
Por ello, el Ayuntamiento de Granada, que muestra su apoyo a los ciudadanos, se ha ofrecido como mediador entre todas las partes afectadas con el fin de llegar a un acuerdo que permita a los vecinos contar con un suministro eléctrico de calidad. «Hay que regularizar la situación de los vecinos y convocar una mesa para gestionarlo porque se están vulnerando los derechos de estas personas», señaló la responsable de Derechos Sociales.
Según los datos facilitados por la concejala, en la zona Norte viven unas 27.000 personas repartidas entre La Paz, Cartuja, Casería de Montijo y Almanjáyar, las principales zonas afectadas con diferente intensidad. «Propusimos a Endesa la instalación de una oficina de atención al cliente en el barrio y un teléfono para consultas, pero nada. No han hecho nada de eso», añadió. El problema de los cortes de luz se agrava con el invierno. «El frío se nota más, es horrible lo que está ocurriendo», insistió el Defensor del Ciudadano. «No puede haber Navidad con vecinos sin luz. De hecho, cuando hay cortes, las pocas luces de Navidad que hay sufren los apagones».
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