Edición

Borrar
El Vela Beach abre sus puertas este verano con la intención de revolucionar las noches de Salobreña.
La 'petite' Marbella está en Salobreña

La 'petite' Marbella está en Salobreña

El Vela Beach aterriza para quedarse a través de un concepto de chiringuito que funde tradición con modernidad

Laura Gautier

Jueves, 1 de septiembre 2016, 01:24

Apenas un mes ha pasado desde que los hermanos herradureños Juan y Elena Mora, de 21 y 24 años, aterrizaran en la playa de la Charca, en Salobreña, para abrir las puertas del Vela Beach, un chiringuito que busca renovar el concepto de restaurante playero en la Costa y que ha sido la gran apuesta de su padre, Juan Mora.

Maderas y muebles de origen italiano componen la estructura de este local en el que las formas modernas se mezclan con la cocina mediterránea, «la de toda la vida», con un ambiente de tonos claros que recuerda a los locales de Marbella. Una barca para espetar de reluciente aluminio y formas curvas ha desterrado en el Vela Beach a la barca de siempre como un símbolo de lo nuevo, pero en ella se doran las lubinas y mariscos con el mismo olor de siempre.

El pescado a la espalda es la especialidad de la casa, cuyos fogones arden a las órdenes de Trinidad Luque, que llega al Vela Beach para demostrar la experiencia adquirida durante años en distintos negocios propios puestos en marcha en la playa de La Herradura.

Y como este chiringuito es la prueba de que lo nuevo puede aliarse con la experiencia que dan los años, para obtener un buen resultado, el padre de los propietarios, Juan Mora, ha puesto a disposición del negocio empleados con años de trabajo con los que ya contaba en otros negocios de hostelería para dar el mejor servicio en Salobreña. «Nuestra apuesta es el Vela Beach», asegura tajantemente Juan, que se ha preocupado por mimar cada detalle de este negocio, que brilla cada noche en el contraste de los blancos de sus sombrillas y velas y las bombillas LED instaladas alrededor del local.

Con estos gestos, la familia Mora demuestra que la noche es otra de las grandes apuestas de este chiringuito -que también tiene la intención de abrir en invierno-, ya que, además de instalar iluminación especial, se han colocado una plataformas de madera que rodean todo el local, «para que la comodidad se alíe con una buena cena a orillas del mar y en un marco incomparable», explica Juan, carta del local en mano.

En ella, tres páginas plagadas de pescados, mariscos y hasta hamburguesas completan un menú que incluso tiene un apartado especial para las cenas y que incorpora las leyendas que detallan los alérgenos presentes en cada plato. «Queremos ofrecer la oferta más variada posible y para todos los públicos», asevera Juan, que ilustra esta intención señalando el precio de dos vinos distintos que van desde los 9 a los 290 euros.

Una declaración de intenciones cuya puesta de largo tuvo lugar el pasado 22 de julio y que no se escapó de los contratiempos propios de cualquier apertura. Si a los nervios del estreno sumamos la avalancha de clientes que se concentraron al amparo de la temporada alta de verano, el resultado fue, cuanto menos, estresante. «El primer día se lió la de San Quintín. Se presentó tanta gente que la cola rodeaba el chiringuito. Encima se colgó el sistema informático. Un desastre», rememora Juan, que se muestra orgulloso de haber superado la prueba de fuego, esa que determina que un cliente vuelva o se vaya al local de al lado.

El tiempo y la fidelización de esos clientes determinará el éxito de este chiringuito que, en cualquier caso, ha llegado pisando fuerte y con la intención de revolucionar las noches de verano en Salobreña y convertirse en un referente de la oferta gastronómica y de ocio de la Costa Tropical.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal La 'petite' Marbella está en Salobreña