Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Apenas un millar de habitaciones aguantarán el tirón este mes de octubre en la Costa. Y a partir de noviembre la cifra de plazas disponibles se reducirá, quedando unas 700. El final de la temporada de verano siempre lleva aparejado el cierre de hoteles en ... el litoral granadino. Pero este año la crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha hecho que se reduzca de forma importante la oferta en otoño, menos de la mitad que otras temporadas. A los que ni siquiera llegaron a abrir tras el confinamiento se suman ahora los que han decidido que no les compensa mantenerse en funcionamiento. Sin turoperación extranjera y con los viajes del Imserso y otros programas en suspenso, aguantar el chaparrón va a ser complicado. Los que han decidido seguir ofreciendo sus servicios observarán la evolución semana a semana. Para algunos, tener restaurante con servicio a la calle les ha salvado. Otros confían en que el viajero de negocios les sirva para compensar la falta de turistas. Y los hay que cruzan los dedos y no descartan tener que cerrar más adelante. Con un panorama lleno de incertidumbre, los turistas que opten por viajar a la Costa este otoño seguirán teniendo opciones de alojarse.
El presidente de la asociación de hoteleros de la Costa, Jesús Megías, apunta que los hoteles pequeños con restaurante van a intentar mantenerse abiertos, pero señala que en general va a ser muy difícil que aguanten. «Ahora a lo difícil de la situación hay que sumarle la competencia de los hoteles de ciudad», indica. Su establecimiento, el Albayzín del Mar de Almuñécar, cerró sus puertas el último domingo de septiembre, tras un verano que Megías ha calificado en varias ocasiones como «el peor de la historia».
También en Almuñécar, que es el municipio que concentra la mayor parte de las plazas hoteleras de la Costa Tropical, los hoteles Bahía de Almuñécar y Bahía Tropical, con un total de 360 habitaciones, tienen la intención, como cada año, de mantenerse abiertos todo el año. «Por el momento vamos a seguir abiertos», apuntan desde la dirección. No descartan, eso sí, que si la ocupación no es muy alta, concentren a todos los visitantes en uno de los establecimientos. Con la casi nula llegada de extranjeros, centran todas sus esperanzas en el viajero nacional.
Pablo Rodríguez es el propietario y director de otro establecimiento hotelero sexitano, el hotel Casablanca, con 39 habitaciones. Señala que está siendo un año muy complicado y en el que es casi imposible hacer previsiones. En octubre permanecerán abiertos y cerrarán sus puertas en noviembre por vacaciones para, si todo va bien, volver a abrir sus puertas en diciembre. Rodríguez explica que el restaurante les está salvando. «Todos los años en noviembre se dan vacaciones a los trabajadores del restaurante y este año hemos optado por cerrar porque no es rentable dejar abierto solo el hotel, apunta. Todas las reservas son de última hora. Pero a pesar de los malos datos, el propietario del alojamiento ve un lado positivo. «En junio pensaba que el verano iba a ser mucho peor», dice.
El San Cristóbal, también situado en Almuñécar, con 18 habitaciones, es de los que estarán abiertos también en los próximos meses.
En La Herradura, el pequeño alojamiento Peña Parda tiene la intención de continuar ofreciendo sus servicios «si nada lo impide». Habitualmente cierran sus puertas en enero y febrero. Ponen el hotel al día y regresan poco antes del inicio de la primavera. En la localidad hay otro hotel que también se plantea mantenerse abierto. «Tenemos que ir viendo como va la cosa», apunta Dina. Tienen 18 habitaciones. En verano, los fines de semana han sido clave. La ocupación llegó al 70% en agosto y se quedó en alrededor de un 55% en julio.
El pasado 14 de septiembre, precisamente en Almuñécar, cerraba el hotel Playa Cálida, era el primero en finalizar la temporada. Pero después le han seguido unos cuantos más.
En Motril, el hotel Playa Granada, con 330 habitaciones y que llega a los 160 trabajadores en temporada alta, va a aguantar abierto el mes de octubre, pero dejará de funcionar en noviembre con la esperanza de volver en marzo de 2021. El puente de octubre era una de sus esperanzas y tienen una ocupación de en torno al 80%. Aguantarán hasta la festividad de Todos los Santos, aunque por ahora es difícil hacer cálculos de cómo será la situación entonces, porque casi todas las reservas se hacen a última hora. Turistas alemanes y nórdicos son claves para este establecimiento hotelero de forma habitual. Este año de eso hay poco o nada. Apenas quedan algunos visitantes franceses, pero el visitante nacional es el que está salvando los muebles. «Esperamos que el año que viene, cuando volvamos, podamos funcionar ya con normalidad», indican desde la dirección del hotel.
El Elba motrileño quiere funcionar todo el año. Tiene 93 habitaciones y entre 25 y 45 trabajadores según la época del año. Para ellos el principal huésped es el de negocios, por lo que confían en aguantar bien el tirón. En verano, indica José Manuel, el director, sí tienen turistas porque están muy cerca de la playa. Pero en otoño su público es otro.
Algo similar le sucede al hotel Estrella del Mar, también en Motril, que cuenta con 49 habitaciones y que habitualmente tampoco cierra. Esperan que con sus habituales huéspedes puedan obtener rentabilidad en este año raro.
Salobreña también mantendrá abiertos algunos de sus establecimientos. Es el caso de Salambina, con 14 habitaciones, que ya piensa en cómo reinventarse para no tener que cerrar. Son seis trabajadores, incluyendo a la propietaria. En una temporada habitual de invierno los visitantes extranjeros son su principal cliente. Este año tendrán que confiar en el turista nacional.
Lo mismo sucede con Salobreña Suites, con 191 habitaciones, y donde su propietario considera que cerrar no es una opción.
Todos estos alojamientos y alguno más de pequeño tamaño sacan músculo en unos momentos en los que el sector turístico está siendo uno de los más golpeados por una crisis sanitaria que ya es también económica. El representante de los hoteleros costeros no se cansa de pedir ayudas directas a las administraciones para poder sobrevivir. Los hoteles fueron de los últimos en abrir y muchos apenas han estado en funcionamiento tres o cuatro meses este año con ocupaciones, además, considerablemente más bajas que un año normal. Los datos de coyuntura hotelera referentes a agosto publicados hace un par de semanas mostraban que el litoral granadino había amortiguado más la caída que otras comarcas de Granada. Aún así la caída fue de más de un 52%. Y además, hay que tener en cuenta que el verano es la época clave para esta zona. La mayoría ya mira hacia la primavera del año que viene y cruza los dedos para que lo ocurrido en estos meses no se prolongue más en el tiempo. Habrá que esperar. Como para todo en este año raro.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.