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Las toallas cuelgan sobre los balcones de edificios que miran al mar como banderas que anuncian el verano y la llegada de visitantes a la Costa Tropical. Es difícil encontrar hueco donde clavar la sombrilla o aparcar el coche. Pero lo que más cuesta es ... hacer frente al crecimiento del precio de las estancias, que suben como la espuma.
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Pilar García-Trevijano
El aumento de los alquileres vacacionales es una tendencia generalizada en España, pero la Costa granadina experimenta un auténtico 'boom'. El valor de los pisos turísticos se dispara, al igual que la demanda, y los visitantes pagan más de 800 euros adicionales a la semana que hace cuatro años, entre peticiones del sector turístico y empresarial para poner en marcha soluciones y un freno a esa escalada vertiginosa.
Los empresarios y vecinos no quieren convertirse en un destino masificado y, para aprovechar que la burbuja no ha estallado, a diferencia de otras zonas andaluzas donde los viajeros resultan incómodos, confían en que se le ponga remedio para que la vida diaria sea agradable y el turismo «equilibrado». No hay que explotar a la gallina de los huevos de oro.
Playa Granada crece sin parangón. Alquilar siete días en verano un apartamento de 90 metros cuadrados costaba 700 euros en 2020 y este verano alcanza los 1.500, mientras que en Playa de Poniente hay que desembolsar 1.350, 850 euros más caro que en la pandemia, de acuerdo con los datos obtenidos por Tecnitasa, la compañía de valoración y consultoría con el mayor número de oficinas en España. La metamorfosis de Torrenueva ha provocado que su atractivo crezca para los visitantes y se pague más caro. El alquiler se ha disparado un 142% y ronda los 850 euros un piso frente a los 350 de antes.
Y así con todos los destinos, incluido Gualchos Castell de Ferro. La única excepción es Almuñécar, donde también sube aunque de forma moderada una media de 100 euros. La mayoría de visitantes son todavía propietarios, los hijos de los sanitex de toda la vida que hicieron del municipio un paraíso terrenal contra el calor.
José Luis Tirado, gerente de Inmobiliaria Grupo Lumar que se dedica al sector inmobiliario desde 2008, considera que el subidón en los alquileres vacacionales se debe a que Málaga está «tan saturada que salpica» a las zonas cercanas. El mercado sueco y norteamericano pone sus ojos en las viviendas del litoral granadino para la compra, a la vez que grandes grupos empresariales desembarcan en la costa para la gestión de apartamentos turísticos, lo que redunda en la subida de los precios. Por ahora el perfil del arrendatario por temporadas veraniegas está dominado por familias madrileñas, cordobesas y jienenses. El área que ha pegado el «pepinazo» ha sido Playa Granada, donde se conjuga además la circunstancia de que muchas de estas viviendas son de obra nueva. Se han estrenado cerca de un millar en los últimos años. Esa crecida la ha aprovechado Torrenueva, que, gracias también a su programación y atractivos turísticos, se lleva a aquellos veraneantes que no logran piso en Motril.
En Almuñécar, a juicio del gerente inmobiliario, los precios de alquiler no han subido tanto porque la obra nueva se estanca, la localidad no tiene margen de crecimiento, y el resto son segundas viviendas de «fieles» visitantes. Eso sí, el precio de la venta de los pisos ha crecido hasta un 25% en el último año y una vivienda de 80 metros cuadrados supera los 320.000 euros. La Herradura, es «la joya» del litoral, donde el metro cuadrado se revaloriza hasta rozar los 2.800 metros cuadrados.
«Granada afronta un crecimiento pensado para los de fuera y no para sus vecinos. La costa no puede convertirse en Málaga, la falta de alquiler empieza a presionar a muchas personas, que se tienen que instalar en pueblos cercanos a Motril, como es el caso de Vélez de Benaudalla o viajar directamente desde la capital en vez de asentarse en los municipios», dice. Aboga por regular los precios o si no serán los propios vecinos quienes opongan resistencia a estas actividades. «En Motril los alquileres de larga temporada han subido más de 300 euros en dos años. No es viable», sentencia.
Fuerte demanda
Gregorio García, presidente de la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada, destaca que esa fuerte demanda se da en toda España y no es única de Granada. «Muchos vecinos no se pueden costear los pisos, se les va el sueldo y habrá que buscar fórmulas para evitar la saturación», remarca. En la misma línea, Javier Rubiño, presidente de los empresarios de la Costa (Aecost), apunta a la falta de regulación, la existencia de pisos clandestinos y competencia desleal como principales problemas. «Las familias no renuncian a sus vacaciones y aunque les parezca excesivo el precio siempre habrá alguien que accederá. Esto, junto con la estacionalidad de la costa, hace que haya mucha demanda para poco tiempo», explica. «Es imprescindible que se regulen los pisos turísticos para tener un turismo ordenado. Ya sabemos lo que ha pasado al Albaicín y Málaga», añade. Rubiño considera que se debería poner en marcha un plan comarcal para diversificar el turismo y atraer inversión en hospedaje.
Recientemente, el sector hotelero del litoral pidió a los ayuntamientos que tomaran medidas para controlar los pisos turísticos, al igual que ha anunciado granada capital. Se estima que en el litoral hay cerca de 3.000. Sin embargo, Motril y Almuñécar, inmerso en la renovación del PGOU, descartan tomar medidas por ahora, pese a las movilizaciones de algunas comunidades.
Los turistas que han elegido Andalucía gastan por primera vez más de 80 euros al día, concretamente, 81,23 euros, de acuerdo con el consejero de Turismo, Arturo Bernal, que destaca que es «la primera ocasión en toda la serie histórica» en la que se superan los 80 euros de media de gasto por viajero y día. En Granada, la media del gasto de los visitantes es de 88 euros, siete más que la media andaluza, de acuerdo con los datos facilitados por la Junta.
Gregorio García, presidente de la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada, considera que el turista que visita granada, como sus estancia es más corta y se sitúa de media en dos días, es predominantemente cultural e invierte en la visita de los monumentos, «que no son pocos», algo que hace que suba el gasto porque «se reprimen menos al ser un viaje más corto».
García indica que el turismo de lujo ha despegado en la capital, que ha conseguido abrir recientemente varios cinco estrellas en el centro de la ciudad, dos de ellos de categoría superior.
Impacto económico
Por otra parte, tal y como adelantó Diario Sur, el consejero apunta que las cifras de la industria turística en Andalucía en lo que va de año refrendan las previsiones de incremento de los ingresos marcadas para este 2024, para el que se esperan superar los 25.337 millones de euros de impacto económico del turismo alcanzados en el pasado ejercicio.
Recuerda que «para la presente temporada de verano, se estiman unos 8.000 millones de euros en ingresos turísticos, un impacto en la región al que hay que sumar unos 475.000 ocupados en el sector, cifras que ponen de manifiesto la relevancia del turismo como motor económico y generador de beneficios para la comunidad.
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