El servicio secreto estadounidense es un tópico imprescindible en el cine de acción, da forma a cualquier guion y es un ingrediente contemporáneo básico de las películas del género. En la edad de oro del Hollywood, la del cine en blanco y negro, el protagonismo ... de estas películas estaba dominado por policías y detectives americanos, agentes que no siempre eran heroicos como en 'Sed de Mal', quizás porque el trabajo del servicio secreto no era tan emocionante entonces.
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La agencia estadounidense se creó en Washington en el siglo XIX para luchar contra los falsificadores de dinero, aunque más tarde combatió contrabandistas y al Ku Klux Klan, y el trabajo no estaba rodeado de ese halo de misterio hasta que asumieron la labor de proteger al presidente, configurando la imagen actual que tiene cualquier ciudadano de a pie sobre el servicio secreto, una concepción que llenó el séptimo arte de obras repletas de estereotipos patrióticos con espías, agentes secretos o agentes de la inteligencia americana que luchan contra los rusos que pretenden dar un golpe. La imagen de los agentes secretos dispuestos a proteger de cualquier amenaza que aceche al presidente es la versión que más se parece a lo vivido por Miguel Ángel García Lorenzo, natural de Vélez de Benaudalla, que ha trabajado como chófer para la Casa Blanca en la cumbre de la OTAN.
A veces la realidad supera –o al menos iguala la ficción–. Miguel recibió una llamada en junio para trabajar dos semanas como transportista en la cumbre que se celebró en Madrid desde el martes del 28 de junio hasta el pasado jueves.
«Un compañero de Málaga me avisó de que necesitaban conductores en Madrid por la OTAN para trasladar a los trabajadores de la Casa Blanca y no me lo pensé. Me parecía que era una experiencia única que se da pocas veces en la vida y no me equivocaba», cuenta Miguel Ángel con emoción.
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El chófer, que lleva una empresa junto a su padre, Taxi Salobreña, normalmente hace traslados entre la Costa Tropical o lleva viajeros del aeropuerto de la Costa del Sol hasta sus destinos, pero se imaginaba que iba a trasladar a un despliegue militar, a miembros del servicio secreto y del departamento de comunicación de la Casa Blanca.
«He tenido que estar allí dos semanas, había muchos preparativos antes de la llegada del presidente, Joe Biden. Hasta 90 coches nos juntamos en Madrid para hacer traslados al equipo presidencial. Yo llegué el 17 de junio y me he vuelto este fin de semana», explica recién llegado a Granada.
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El conductor era el único granadino, el resto de sus compañeros eran malagueños. Miguel Ángel cuenta que uno de los momentos más impactantes de la cumbre fue cuando tuvieron que acudir a la base militar de Torrejón de Ardoz a recoger a los militares que llegaron para «velar por la seguridad de Joe Biden». El veleño, que apenas habla inglés, ha acabado chapurreando algunas palabras.
«Fue un despliegue inmenso, se iban subiendo a nuestros coches y nosotros los llevábamos al hotel, la embajada u otros destinos», relata. «Tuvimos que recoger también muchísimos cristales blindados para forrar la habitación donde se hospedó el presidente y otros trabajadores. Fue increíble, en la comitiva presidencial iban también unos vehículos con inhibidores».
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Comunicaciones importantes
El chófer no ha logrado coincidir con el mandatario estadounidense, pero sí con el equipo de comunicación de la Casa Blanca. De hecho, acudió a un acto en la embajada donde le agradecieron sus servicios con un diploma. «Los miembros de la agencia de comunicaciones de la Casa Blanca desean expresar su sincero aprecio por la excepcional forma en la que le has dado apoyo al presidente de los Estados Unidos durante su visita a Madrid, España. Tus habilidades únicas, junto con tu magnífica actitud y profesionalidad, le ha permitido a nuestra agencia mantener comunicaciones importantes entre el presidente, el personal de la Casa Blanca y el servicio secreto de los Estados Unidos», reza el diploma.
Miguel Ángel y su padre trabajan como conductores desde el año 2000. Hace siete años que tiene además una licencia de VTC. El veleño, que vive en Salobreña, apunta que, después de servir al mismísimo Gobierno de Estados Unidos, lo único que pide es que no falte el trabajo este verano y que los clientes continúen confiando en él y en su padre.
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