Las temperaturas han bajado también en la Costa, pero el sol ha salido para aliviar el frío. En un puente de diciembre de otro año que no fuese 2020, los hosteleros se frotarían las manos. Hoy, con controles en los accesos, un cierre perimetral que ... prohíbe cambiar de municipio y limitación de horarios, los vecinos de los pueblos no han sido suficientes, aunque haya animado el paisaje.
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Desde ayer por la mañana, la Policía controla que ningún ciudadano se salte las restricciones para acudir a su segunda residencia. Por el aspecto de los pueblos de la playa, han conseguido su objetivo.
Este año no se habla de ocupación. Apenas un 10% de los chiringuitos están abiertos. La práctica totalidad de los hotelers están cerrados. Y el tiempo más amable que en la capital no sirve para llenar las calles, aunque sí para dar una alegría moderada a algunos hosteleros.
Hacía hoy buen día para pasear por la playa, sobre todo para los que no la tienen siempre cerca. Un día de esos en los que a los visitantes no les hubiese importado que soplase un poco el viento o tener que llevar el abrigo puesto. Pero no hay visitantes. Así que la Costa aguanta como puede un puente largo, pero que en nada se parece a otro. Ya parece que no hay dudas de que este año va a ser raro hasta el final.
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