

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Cada día, al cruzar las puertas del colegio, los alumnos entran en un espacio donde la diversidad es la norma. Con 26 nacionalidades compartiendo pupitres, ... el CEIP Las Gaviotas de La Herradura en Almuñécar es el reflejo de un mundo sin fronteras, donde el aprendizaje va más allá de los libros. Con 304 alumnos en total, de los cuales 80 son extranjeros, este centro educativo, como lo definen sus profesores, se ha convertido en un referente de diversidad y enriquecimiento cultural.
En los pasillos, los saludos suenan en italiano, árabe, inglés o español. Un niño alemán y una niña cubana comparten el mismo pupitre, mientras un pequeño de origen marroquí le enseña a su amigo sueco a escribir su nombre en árabe.
Eduardo Novo, jefe de estudios del colegio, se muestra muy orgulloso de su cole: «estamos en un lugar privilegiado, un sitio de paso para muchas familias extranjeras que vienen, pasan uno o dos años y se van. Esto crea un ambiente de constante intercambio cultural». Además, añade que: «tenemos alumnos italianos, suecos, españoles,israelíes, neerlandeses, estadounidenses, británicos, marroquíes, cubanos, alemanes, eslovacos, emiratíes, rumanos, indios, ucranianos, polacos, argentinos, senegaleses, venezolanos, belgas, checos, jordanos, franceses, chinos, hondureños, chilenos y lituanos».
Para responder con las barreras que supone una comunidad educativa tan heterogénea, el colegio ha apostado por metodologías activas y proyectos innovadores. Uno de los pilares de su modelo pedagógico es el proyecto 'Aprender más allá del aula', una iniciativa que rompe con la enseñanza tradicional y fomenta el aprendizaje a través de talleres prácticos.
En infantil, por ejemplo, han eliminado los libros de texto y trabajan con la metodología 'Montessori'. En la clase hay 12 niños y predominan 6 nacionalidades diferentes.
Teresa Ronda, tutora del aula de 4 años A, explica cómo es el día a día en su clase: «desde que entramos, hacemos una asamblea para que los niños se tranquilicen y organicen el día. Luego, trabajan por estaciones, eligiendo actividades en distintos rincones de la clase, lo que les permite aprender de forma autónoma y práctica».
En primaria, la metodología sigue esta misma línea, pero con un enfoque más amplio. Los alumnos participan en talleres de creatividad, cocina, experimentos científicos, cine y pensamiento crítico. «Estos proyectos no solo fomentan el aprendizaje, sino que también ayudan a la integración del alumnado extranjero», comenta el director del centro, Alejandro Fernández.
Según detalla el director, este año ha sido el que más alumnos extranjeros han recibido. «El 30% de nuestros alumnos son de otros países y destaca la nacionalidad ucraniana e israelí».
Para aquellos niños que llegan sin conocer el idioma, el colegio cuenta con un aula de adaptación lingüística. Aquí, una profesora especializada les ayuda a adquirir las bases del español para que puedan desenvolverse en clase con mayor facilidad. «En infantil, todo el aprendizaje se hace en español, pero con apoyo visual y gestual para que los niños relacionen el significado de las palabras con su entorno», explica Teresa Ronda. «Son esponjas y aprenden rapidísimo solo con la convivencia».
Según cuenta, los alumnos pueden usar dispositivos electrónicos para traducir textos y trabajar en igualdad de condiciones con sus compañeros. «Si un niño alemán no entiende algo, es muy probable que haya otro alumno que pueda ayudarle a traducir. Aquí nos apoyamos entre todos», afirma Novo.
Los verdaderos protagonistas de esta historia son los niños, quienes, con naturalidad y espontaneidad, demuestran que la diversidad es una fortaleza. En la clase de 5º de primaria, hay 9 nacionalidades distintas. Tiago, de 11 años, tiene raíces bolivianas y brasileñas, pero se siente completamente integrado en su clase. Naima, de 10 años, nació en Algeciras, pero su familia es de Uruguay. «Aquí somos todos súper buenos compañeros», comenta con una sonrisa.
Marwan y Nariman, cuyos padres son de Marruecos, han crecido en La Herradura y valoran la convivencia con niños de diferentes países. «Aunque vengamos de lugares distintos, en el fondo somos iguales», dice Nariman.
«Nos sentimos muy orgullosos», concluye Eduardo Novo. «Nuestros niños no solo aprenden matemáticas o lengua, sino que crecen con una mentalidad abierta, aprendiendo a respetar y valorar las diferencias».
En cada pupitre, en cada risa, en cada pequeño gesto de comprensión, se escribe la historia de un colegio que no solo educa, sino que transforma en un mundo donde las fronteras a veces, dividen más de lo que protegen. Este colegio es, sin duda, la muestra, de que el mundo entero cabe dentro de una clase.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.