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El coral candelabro revive en la Punta de la Mona

Playas de Granada

El coral candelabro revive en la Punta de la Mona

Esta especie, amenazada por el riesgo de extinción, crece en el entorno de la costa de La Herradura, donde asociaciones de conservación y recuperación trabajan para proteger un coral que forma parte indispensable del ecosistema de la zona e incrementa la biodiversidad de su entorno

José Muñoz

Martes, 15 de agosto 2023, 23:52

El Coral Candelabro revive en la Punta de la Mona

El Coral Candelabro, coral de anís o Dendrophyllia ramea, habita en la Punta de la Mona, en las aguas de La Herradura. Allí constituye una de las poblaciones más destacadas del Mediterráneo, otorgando a la zona una gran relevancia ecológica.

El Coral Candelabro entra dentro de la catalogación de “Vulnerable” por peligro de extinción, y está presente en el Libro Rojo de los invertebrados en Andalucía como una de las especies amenazadas del Mediterráneo.

La asociación Coral Soul ha catalogado la existencia de cien colonias de este tipo de coral en los fondos de La Herradura, en Almuñécar. Sin embargo, el 72% sufre graves peligros por la capa de residuos que cubre el arrecife.

 

Esta asociación está llevando a cabo una labor de recuperación de la especie que ha permitido que se recuperen el 42% de las colonias.

El Coral Candelabro entra dentro de la especie de coral Scleractinios, especie de coral pétreo o formadora de arrecifes. Su formación es ramificada, llegando a ocupar un tamaño considerable. La especie presenta una media de crecimiento de 1 centímetro por año, un ritmo lento para su subsistencia.

 

Su hábitat se encuentra habitualmente entre los 40 y 180 metros de profundidad. En la Punta de la Mona hay varios «cañones submarinos» que junto a las corrientes traen consigo agua de las profundidades, que transportan nutrientes y les facilitan un ecosistema a menor profundidad, entre 30 y 50 metros.

La presencia del Coral Candelabro forma parte indispensable de la base del ecosistema en esta parte de la costa granadina, siendo primordiales para la sostenibilidad de otras especies marinas. Aportan un lugar donde asentarse, reproducirse y luego depositar las huevas. También son parte de la nutrición, generándose una necesaria simbiosis entre especies.

 

Donde se encuentra un Coral Candelabro la zona presenta una rica biodiversidad, conviviendo con peces, esponjas, caracolas, pulpos, gorgonias, anémonas y un largo etcétera.

La huella humana es su mayor peligro. Restos de basura y de pesca, como redes, cabos, nasas o sedales, se enredan en las ramificaciones del coral y le causan daños. También la caída de anclas, al ser una zona de libre fondeo, rompe los corales causando daños irreparables.

El proceso de recuperación de las colonias de corales comienza con una primera limpieza de la zona. Cuando vuelve a ser habitable para la especie, se recogen los corales, se curan las diferentes heridas y se transportan a unas estructuras de metal preparadas previamente, denominadas «guarderías». Luego son reimplantados en zonas estratégicas para el adecuado desarrollo de la especie y se incorporan en la superficie con la ayuda de un pegamento no tóxico. Este es el método que lleva a cabo la asociación Coral Soul, pioneros en la creación de guarderías de corales de aguas profundas.

Pero no todo es la recuperación: el plan de protección es igual de importante, y es una de las reivindicaciones de las asociaciones que trabajan en su recuperación.

 

Para el estudio de las acciones de recuperación, Coral Soul analiza las diferencias presentes en las áreas en las que llevan a cabo sus acciones, dejando una de las zonas en el mismo estado en el que se lo encontraron en algo que ellos denominan como «cañón de control negativo», realizando comparaciones de las zonas restauradas con la que no cambia, confirmando de esta manera el impacto que tienen las acciones realizadas.

JOSÉ MUÑOZ

El Coral Candelabro revive en la Punta de la Mona

El Coral Candelabro, coral de anís o Dendrophyllia ramea, habita en la Punta de la Mona, en las aguas de La Herradura. Allí constituye una de las poblaciones más destacadas del Mediterráneo, otorgando a la zona una gran relevancia ecológica.

El Coral Candelabro entra dentro de la catalogación de “Vulnerable” por peligro de extinción, y está presente en el Libro Rojo de los invertebrados en Andalucía como una de las especies amenazadas del Mediterráneo.

La asociación Coral Soul ha catalogado la existencia de cien colonias de este tipo de coral en los fondos de La Herradura, en Almuñécar. Sin embargo, el 72% sufre graves peligros por la capa de residuos que cubre el arrecife.

 

Esta asociación está llevando a cabo una labor de recuperación de la especie que ha permitido que se recuperen el 42% de las colonias.

El Coral Candelabro entra dentro de la especie de coral Scleractinios, especie de coral pétreo o formadora de arrecifes. Su formación es ramificada, llegando a ocupar un tamaño considerable. La especie presenta una media de crecimiento de 1 centímetro por año, un ritmo lento para su subsistencia.

 

Su hábitat se encuentra habitualmente entre los 40 y 180 metros de profundidad. En la Punta de la Mona hay varios “cañones submarinos” que junto a las corrientes traen consigo agua de las profundidades, que transportan nutrientes y les facilitan un ecosistema a menor profundidad, entre 30 y 50 metros.

La presencia del Coral Candelabro forma parte indispensable de la base del ecosistema en esta parte de la costa granadina, siendo primordiales para la sostenibilidad de otras especies marinas. Aportan un lugar donde asentarse, reproducirse y luego depositar las huevas. También son parte de la nutrición, generándose una necesaria simbiosis entre especies.

 

Donde se encuentra un Coral Candelabro la zona presenta una rica biodiversidad, conviviendo con peces, esponjas, caracolas, pulpos, gorgonias, anémonas y un largo etcétera.

La huella humana es su mayor peligro. Restos de basura y de pesca, como redes, cabos, nasas o sedales, se enredan en las ramificaciones del coral y le causan daños. También la caída de anclas, al ser una zona de libre fondeo, rompen los corales causando daños irreparables.

El proceso de recuperación de las colonias de corales comienza con una primera limpieza de la zona. Cuando vuelve a ser habitable para la especie, se recogen los corales, se curan las diferentes heridas y se transportan a unas estructuras de metal preparadas previamente, denominadas “guarderías”. Luego son reimplantados en zonas estratégicas para el adecuado desarrollo de la especie y se incorporan en la superficie con la ayuda de un pegamento no tóxico. Este es el método que lleva a cabo la asociación Coral Soul, pioneros en la creación de guarderías de corales de aguas profundas.

Pero no todo es la recuperación: el plan de protección es igual de importante, y es una de las reivindicaciones de las asociaciones que trabajan en su recuperación.

 

Para el estudio de las acciones de recuperación, Coral Soul analiza las diferencias presentes en las zonas en las que llevan a cabo sus acciones, dejando una de las zonas en el mismo estado en el que se lo encontraron en algo que ellos denominan como “cañón de control negativo”, realizando comparaciones de las zonas restauradas con la zona sin cambios, confirmando de esta manera el impacto que tienen las acciones realizadas.

JOSÉ MUÑOZ

El Coral Candelabro revive en la Punta de la Mona

El Coral Candelabro, coral de anís o Dendrophyllia ramea, habita en la Punta de la Mona, en las aguas de La Herradura. Allí constituye una de las poblaciones más destacadas del Mediterráneo, otorgando a la zona una gran relevancia ecológica.

El Coral Candelabro entra dentro de la catalogación de “Vulnerable” por peligro de extinción, y está presente en el Libro Rojo de los invertebrados en Andalucía como una de las especies amenazadas del Mediterráneo.

La asociación Coral Soul ha catalogado la existencia de cien colonias de este tipo de coral en los fondos de La Herradura, en Almuñécar. Sin embargo, el 72% sufre graves peligros por la capa de residuos que cubre el arrecife.

 

Esta asociación está llevando a cabo una labor de recuperación de la especie que ha permitido que se recuperen el 42% de las colonias.

El Coral Candelabro entra dentro de la especie de coral Scleractinios, especie de coral pétreo o formadora de arrecifes. Su formación es ramificada, llegando a ocupar un tamaño considerable. La especie presenta una media de crecimiento de 1 centímetro por año, un ritmo lento para su subsistencia.

Su hábitat se encuentra habitualmente entre los 40 y 180 metros de profundidad. En la Punta de la Mona hay varios “cañones submarinos” que junto a las corrientes traen consigo agua de las profundidades, que transportan nutrientes y les facilitan un ecosistema a menor profundidad, entre 30 y 50 metros.

La presencia del Coral Candelabro forma parte indispensable de la base del ecosistema en esta parte de la costa granadina, siendo primordiales para la sostenibilidad de otras especies marinas. Aportan un lugar donde asentarse, reproducirse y luego depositar las huevas. También son parte de la nutrición, generándose una necesaria simbiosis entre especies.

 

Donde se encuentra un Coral Candelabro la zona presenta una rica biodiversidad, conviviendo con peces, esponjas, caracolas, pulpos, gorgonias, anémonas y un largo etcétera.

La huella humana es su mayor peligro. Restos de basura y de pesca, como redes, cabos, nasas o sedales, se enredan en las ramificaciones del coral y le causan daños. También la caída de anclas, al ser una zona de libre fondeo, rompen los corales causando daños irreparables.

El proceso de recuperación de las colonias de corales comienza con una primera limpieza de la zona. Cuando vuelve a ser habitable para la especie, se recogen los corales, se curan las diferentes heridas y se transportan a unas estructuras de metal preparadas previamente, denominadas “guarderías”. Luego son reimplantados en zonas estratégicas para el adecuado desarrollo de la especie y se incorporan en la superficie con la ayuda de un pegamento no tóxico. Este es el método que lleva a cabo la asociación Coral Soul, pioneros en la creación de guarderías de corales de aguas profundas.

Pero no todo es la recuperación: el plan de protección es igual de importante, y es una de las reivindicaciones de las asociaciones que trabajan en su recuperación.

 

Para el estudio de las acciones de recuperación, Coral Soul analiza las diferencias presentes en las zonas en las que llevan a cabo sus acciones, dejando una de las zonas en el mismo estado en el que se lo encontraron en algo que ellos denominan como “cañón de control negativo”, realizando comparaciones de las zonas restauradas con la zona sin cambios, confirmando de esta manera el impacto que tienen las acciones realizadas.

JOSÉ MUÑOZ

El Coral Candelabro revive en la Punta de la Mona

El Coral Candelabro, coral de anís o Dendrophyllia ramea habita en la Punta de la Mona, en las aguas de La Herradura. Allí constituye una de las poblaciones más destacadas del Mediterráneo, otorgando a la zona una gran relevancia ecológica.

El Coral Candelabro entra dentro de la catalogación de “Vulnerable” por peligro de extinción, y está presente en el Libro Rojo de los invertebrados en Andalucía como una de las especies amenazadas del Mediterráneo.

La asociación Coral Soul ha catalogado la existencia de cien colonias de este tipo de coral en los fondos de La Herradura, en Almuñécar. Sin embargo, el 72% sufre graves peligros por la capa de residuos que cubre el arrecife.

 

Esta asociación está llevando a cabo una labor de recuperación de la especie que ha permitido que se recuperen el 42% de las colonias.

El Coral Candelabro entra dentro de la especie de coral Scleractinios, especie de coral pétreo o formadora de arrecifes. Su formación es ramificada, llegando a ocupar un tamaño considerable. La especie presenta una media de crecimiento de 1 centímetro por año, un ritmo lento para su subsistencia.

Su hábitat se encuentra habitualmente entre los 40 y 180 metros de profundidad. En la Punta de la Mona hay varios “cañones submarinos” que junto a las corrientes traen consigo agua de las profundidades, que transportan nutrientes y les facilitan un ecosistema a menor profundidad, entre 30 y 50 metros.

La presencia del Coral Candelabro forma parte indispensable de la base del ecosistema en esta parte de la costa granadina, siendo primordiales para la sostenibilidad de otras especies marinas. Aportan un lugar donde asentarse, reproducirse y luego depositar las huevas. También son parte de la nutrición, generándose una necesaria simbiosis entre especies.

 

Donde se encuentra un Coral Candelabro la zona presenta una rica biodiversidad, conviviendo con peces, esponjas, caracolas, pulpos, gorgonias, anémonas y un largo etcétera.

La huella humana es su mayor peligro. Restos de basura y de pesca, como redes, cabos, nasas o sedales, se enredan en las ramificaciones del coral y le causan daños. También la caída de anclas, al ser una zona de libre fondeo, rompen los corales causando daños irreparables.

El proceso de recuperación de las colonias de corales comienza con una primera limpieza de la zona. Cuando vuelve a ser habitable para la especie, se recogen los corales, se curan las diferentes heridas y se transportan a unas estructuras de metal preparadas previamente, denominadas “guarderías”. Luego son reimplantados en zonas estratégicas para el adecuado desarrollo de la especie y se incorporan en la superficie con la ayuda de un pegamento no tóxico. Este es el método que lleva a cabo la asociación Coral Soul, pioneros en la creación de guarderías de corales de aguas profundas.

Pero no todo es la recuperación: el plan de protección es igual de importante, y es una de las reivindicaciones de las asociaciones que trabajan en su recuperación.

 

Para el estudio de las acciones de recuperación, Coral Soul analiza las diferencias presentes en las zonas en las que llevan a cabo sus acciones, dejando una de las zonas en el mismo estado en el que se lo encontraron en algo que ellos denominan como “cañón de control negativo”, realizando comparaciones de las zonas restauradas con la zona sin cambios, confirmando de esta manera el impacto que tienen las acciones realizadas.

JOSÉ MUÑOZ

Textos e Ilustración: José Muñoz

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