La Costa intensificará la vigilancia del uso de mascarilla

Desde el miércoles es obligatorio llevar la mascarilla puesta en Andalucía tanto en espacios abiertos como cerrados independientemente de que se pueda o no mantener la distancia de seguridad. Además, es una de las pocas autonomías que ha llevado esta obligatoriedad hasta las piscinas y las playas. Ahora, los policías locales, con la colaboración de los auxiliares de playa, tendrán que esforzarse para controlar que los ciudadanos no se salten la norma. Las multas serán de 100 euros para aquellos que no cumplan.

Los ayuntamientos de la Costa Tropical llevan semanas con dispositivos de seguridad reforzados durante los fines de semana para control de aforos y otras de las normas derivadas de la crisis sanitaria del coronavirus. Hoy y mañana no habrá más agentes que otros días, pero sí se intensificará la vigilancia de los que lleven o no puesta la mascarilla. Los jefes de policía así se lo han hecho saber a los agentes. El objetivo es que la gente cumpla y así evitar al máximo el riesgo de contagios que están provocando ya situaciones complicadas en otras regiones como Cataluña.

Los primeros días los policías optaron más por la advertencia que por la sanción. Dieron un poco de cancha a los ciudadanos para que se acostumbraran a la nueva regla del juego, como ya se hizo durante el confinamiento con las restricciones de movilidad. Pero una vez hechas las recomendaciones y dados los consejos, los agentes multarán a todos aquellos que no cumplan.

La mascarilla es ahora obligatoria prácticamente siempre. En el caso de la playa los ciudadanos pueden quitársela para bañarse y también mientras se mantienen en un espacio sin moverse, por ejemplo en la sombrilla si se encuentran con personas con las que conviven o mientras toman el sol. Sin embargo, habrá que llevarla puesta para otras actividades como pasear por la orilla, acercarse a saludar a unos amigos en otro espacio de la playa o cuando se esté accediendo a la misma. También en los paseos marítimos. Y en los chiringuitos podrán quitársela mientras que beben y comen, pero tendrán que volver a colocarse cuando hayan terminado o para moverse por interior del local para, por ejemplo, ir al baño o a pedir a la barra. El objetivo de esta nueva norma es dar mayor seguridad a los que disfrutan de este verano atípico. Los que se salten la regla se arriesgarán a pagar una multa que como mínimo ascenderá a 100 euros.