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Las banderas negras –al igual que las banderas azules, las medusas, los espetos, los chiringuitos o las colas en la A-44– son un clásico que marca el inicio de las vacaciones de verano. La organización Ecologistas en Acción concede a nivel nacional estos 'distintivos' ... que nadie querría colgar en sus playas y que tienen una notable repercusión social como denuncia pública de los tramos de litoral que sufren vertidos contaminantes, agresiones urbanísticas o cualquier otro tipo de actuaciones que ocasiona, a juicio de los ecologistas, una pérdida de calidad ambiental.
La oenegé en defensa del medioambiente otorga las banderas negras desde 1999 y esta vez dos de las 48 banderas han ido a parar a la Costa Tropical. Playa de Poniente y los acantilados costeros entre Almuñécar y Salobreña se llevan los distintivos por contaminación y mala gestión ambiental. La organización apunta que la Playa de Poniente sufre vertidos industriales y de hidrocarburos procedentes de las ramblas y el puerto de Motril, mientras que en los acantilados entre Salobreña y el municipio sexitano las urbanizaciones carecerían de red de saneamiento y no se estaría produciendo la depuración de las aguas residuales, de acuerdo con la versión de los ecologistas.
Sin embargo, a la Delegación Territorial de Agricultura, Ganadería y Pesca, de la que depende la gestión de vertidos a la costa de aguas interiores, no le consta que se haya producido ninguna denuncia por estos hechos. Tampoco los consistorios tienen constancia de los supuestos vertidos ni la dársena motrileña, que manifiesta que las instalaciones portuarias se someten a examen ambiental de manera periódica.
En la motrileña Playa de Poniente, los desagües de vertidos industriales que «siguen llegando por los balates a la playa» son el motivo principal, junto a que se permitiera hasta hace unos meses la circulación en la playa, por el que los ecologistas han decidido dar una bandera negra al litoral motrileño, según se recoge en su informe hecho público ayer.
«Las acequias, como la de la Culebra o el de camino Patria, siguen las aguas residuales de las industrias del Polígono Alborán y de muchas edificaciones ilegales de la vega», afirma la organización. Ecologistas en Acción apunta que también se producen vertidos ocasionales de una urbanización cercana, mientras que en el puerto de Motril hay grandes depósitos de hidrocarburos de los que se producen fugas y filtraciones ocasionales, además de grandes depósitos de graneles al aire libre en los que cuando hace viento generan nubes de polvo y olores que llegan a esta playa.
Las acusaciones no han sentado bien en el consistorio. El Ayuntamiento lamenta la imagen «irreal y dañina» que se da de su playa al inicio de la temporada veraniega. «No tenemos constancia de que se haya producido ningún vertido. El agua de las playas se someten a una analítica cada 20 días para demostrar que su calidad es excelente. Son requisitos indispensables para obtener la Q de calidad, un distintivo que también tiene la playa. Negamos profundamente que exista esta contaminación», dice tajantemente el concejal de Turismo y Playas, José Lemos. Este medio ha tenido acceso al último análisis de la calidad del agua y arroja un resultado positivo.
En el informe de los ecologistas también se hace alusión a que en los coches siguen circulando libremente por sus arenas, «convirtiéndose en verano en un gigantesco aparcamiento a pesar de lo recogido en la Ley de Costas, ocasionando contaminación y nubes de polvo en suspensión». Sin embargo, en mayo Costas restringió por completo el tráfico en la playa después de 40 años, permitiendo solo la circulación a vehículos autorizados y de emergencia.
Por su parte, el puerto de Motril también niega rotundamente que se produzcan tales vertidos. La dirección portuaria señala que los depósitos de hidrocarburos se encuentra en la zona de actividades logísticas del puerto, que no colinda con la playa. Además, las aguas también se someten a examen. «Un estudio de la UGR ya determinó que el 90% de polvo en suspensión que había en la playa es arena y no las mercancías o minerales a granel que exportamos», destacan. «Las pruebas de calidad del agua también determinan que no hay contaminación», remachan.
En cuanto a la segunda bandera negra, los ecologistas lamentan que los ayuntamientos de Almuñécar y Salobreña siguen dando licencias de construcción en urbanizaciones no conectadas a la red de saneamiento y depuración y «pretenden urbanizar todos los espacios colindantes que habían sido clasificados como zonas prioritarias de protección en el Plan de Protección del Litoral» en la zona de los acantilados y calas de la Zona de Especial Conservación de Acantilados y Fondos Marinos Tesorillo-Salobreña. Según los ecologistas, los restos de la piscifactoría abandonada de Salobreña han sido arrastrados por los temporales hasta la costa, donde llevan años acumulándose, produciendo daños a la flora y fauna y contaminando playas y fondos marinos. Además, los tubos, plásticos, cuerdas, cables y restos de jaulas «ocasionan contaminación visual y constituyen un grave peligro para la navegación y las actividades recreativas».
La organización señala que Costas, Medio Ambiente y los ayuntamientos de Almuñécar y Salobreña «muestran una pasividad total» ante un problema que se arrastra desde hace varias décadas. Aseguran que han denunciado en numerosas ocasiones «que cientos de fosas sépticas y desagües a ramblas producen una gran cantidad de vertidos, que aumentan enormemente en verano, produciendo contaminación de acuíferos, playas, aguas y fondos marinos».
Por su parte, el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Almuñécar, Javier García, insiste en que no existen vertidos que se produzcan en dominios públicos ni en el mar. El edil admite que hay urbanizaciones que no están conectadas a la red de saneamiento porque presentan fosas sépticas. «Un equipo de técnicos municipales trabajan en un proyecto para urbanizar las áreas donde se encuentran estas viviendas y conectarlas a la red mediante un sistema de bombeo. Vecinos de algunas urbanizaciones, entre ellas una parte de Corumbico, quieren asumir la ejecución de la infraestructura. Del mismo modo, en la modificación del PGOU se aborda una reforma para dotar de infraestructura y urbanizar espacios que ahora mismo carecen de dotaciones», concluye García.
Este año, las playas de Albuñol se han librado de la bandera negra. El Pozuelo y La Rábita solían aparecer en el informe por los residuos plásticos y la ocupación y contaminación de los invernaderos, un problema que el consistorio llevaba años tratando de resolver y a que «por fin» le ha puesto fin con el incio de la regeneración ambiental de sus playas.
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