«En cuestión de minutos, el agua alcanzaba la tercera escalera del portal»

Oliver Santiago y Silvia Torres, vecinos de un bajo en la Huerta Carrasco, describieron el «miedo e impotencia» que vivieron cuando el agua alcanzó los 50 centímetros de altura en el edificio donde residen, poniendo en peligro en segundo a los vecinos, sobre todo a una persona con discapacidad. «Sobre las once de la noche, esto era un río», relataba Oliver. «En cuestión de minutos, el agua alcanzaba la tercera escalera del portal», añadía.

Los bomberos y policía local llegaron en esos instantes a la zona afectada por la gran cantidad de agua que se estaba agolpando. «Los bomberos, pero no encontraban la bomba para achicar agua.. Teníamos un vecino discapacitado, y tampoco trajeron camilla para evacuarlo«, lamentaba Santiago, molesto.

Por su parte, Silvia describió las dos largas horas en las que estuvieron achicando agua sin descanso y sin poder salir del edificio: «Nos quedamos aquí porque no podíamos salir, el agua tenía mucha altura. Si seguía subiendo, tendríamos que haber subido al primer o segundo piso».

Otros vecinos, como Josefa Heredia, también compartieron momentos de angustia. Josefa, que vive cerca de sus nietos en Huerta Carrasco, relató que el sonido de la lluvia y la creciente del agua asustaron a los más pequeños, quienes, entre lágrimas, pedían abandonar la vivienda. «Anoche los niños estaban llorando del miedo», contó. «Estaban llos bomberos con el agua por encima de la rodilla«, describió.

En el barrio de Santa Adela, también se vivieron momentos de tensión. Daniel Maldonado, trabajador de una empresa de desatoros en Motril, lleva horas, ayudando a achicar el agua acumulada en un garaje del Edificio Ibiza, en la Carretera de la Celulosa. Según explicaba Maldonado, los vecinos del edificio lograron evacuar sus vehículos a tiempo, evitando daños mayores. «Los coches se sacaron anoche mismo, ya se sabía que el agua podía llegar, y lo importante era evitar pérdidas», comentó el trabajador.

Los vecinos, aún con el miedo en el cuerpo, solo esperan que la DANA no cause más daños.