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Javier Martín

Rescate en Torrenueva

«No podía dejarla sola aunque yo me ahogara detrás»

Unos bañistas salvan en la playa de Torrenueva a tres niñas y una mujer, que es también heroína en esta historia porque evitó que una de las pequeñas muriese ahogada

Miércoles, 5 de junio 2024, 00:49

En la playa de Torrenueva Costa se han regalado la vida unos a otros. Con coraje y valor, un grupo de bañistas lograron rescatar con éxito el pasado domingo a tres niñas y una mujer –que a la vez ha sido también una heroína al evitar que una de las pequeñas falleciera ahogada–.

Poco antes de la una del mediodía, Lourdes Rodríguez Gallego, vecina de Motril de 52 años de edad, se remojaba los pies en la orilla cerca del rompeolas mientras observaba a un grupo de críos. «¡Qué valor!», pensó en voz alta. El agua estaba fría con ganas y el baño se tornó poco apetecible. Pronto los chapuzones y los juegos infantiles cambiaron a algo más serio. Los rostros de las tres pequeñas estaban dibujados por la angustia. Se estaban ahogando, en silencio, entre muecas y aspavientos de supervivencia. Dos de ellas se tiraban de los pelos mutuamente para ayudarse a mantener las cabezas a flote y la tercera chiquilla estaba completamente bocabajo, inmóvil. Nadie se había dado cuenta. Lourdes no se lo pensó dos veces. Dejó su bolso en la rocas y, aunque confiesa que no sabe nadar muy bien, se tiró al agua completamente vestida. En varias brazadas cogió a la niña que se encontraba en peor estado.

Cerca de los espigones de Torrenueva Costa se prohibe el baño. Se forman unas corrientes tan fuertes que han puesto en un aprieto a más de un usuario en las últimas temporadas veraniegas.

La mujer y la niña, de 7 años de edad, se alejaban más y más de la orilla, arrastradas por las olas. «Era como una muñeca de trapo, no reaccionaba a nada. La cogí de los pelos de un puñado y de la forma que pude», recuerda emocionada. «Mi prioridad fue intentar que la niña mantuviera la cabeza fuera, que no tragara más agua. Tenía ya los labios azules y los ojos vueltos completamente, en blanco», añade. A lo lejos, un amigo gritaba que volviera, que salvara su vida, pero un instinto mayor, quizás fue su buen corazón o la sangre heredada de su padre, que fue Policía Local en Motril, obligaba a Lourdes a quedarse con la niña, aunque pagara esa temeridad con su vida. «Noté como me arrastraba la corriente mar adentro. Me empecé a hundir, pero quería sacarla a ella. No podía dejarla sola. Me hundí varias veces y pensé que me moría allí con la niña en brazos hasta que escuché una voz y noté una mano y me dejé hacer», relata con un nudo en la garganta. «Solo entonces solté a la niña», concluye.

La suerte de Lourdes fueron dos Josés. El primero de ellos, José Manuel, profesor de Química de 31 años de edad, escuchó el barullo desde su toalla. Él salvó a las otras dos niñas que luchaban contra el mar. «Las empujé como pude hasta que estuvieron en la arena», rememora. «Hice una locura y actué por instinto. Las niñas se agarraron a mí, yo no podía con ellas. El mar nos tragaba. Estaba exhausto hasta que una mujer me ayudó a remolcar», explica. En la orilla, José Manuel echó todo el mar que tenía dentro. Los demás bañistas grababan con el móvil y él decidió, con la adrenalina que le quedaba en el cuerpo, coger las aletas y ayudar a un grupo de hombres en el rescate de Lourdes y ala niña.

Deuda eterna

El segundo José de esta historia, José Miguel Rodríguez, entrenador granadino de 35 años de edad, se cruzó a nado 150 metros de playa para traer a la mujer de 52 años con vida. «La rodeé con el brazo y empecé a nadar de vuelta a la orilla. Un grupo de jóvenes me trajo un flotador y se hicieron cargo de la pequeña», declara. José ha sido socorrista durante 15 años. Sabía lo que hacía y pide a los alcaldes del litoral que amplíen los servicios de socorrismo a junio.

Ya en tierra firme los voluntarios de Protección Civil, que se encontraban en la zona de la Iglesia por la salida de una procesión, y un grupo de sanitarios se encargaron de reanimar a las víctimas y a asistir a estos valientes bañistas. El coordinador, Fernando Morales, Gracia Carrascosa, María Estevez, Armando Martínez y Javier Vargas fueron los voluntarios que formaron ese dispositivo.

Lourdes, la niña de 7 años y otra de 4 tuvieron que ser trasladadas al hospital, pero todas se encuentran ya en buen estado. La madre de la menor de siete años, que tiene bajo su cuidado a la niña de 4, agradece con toda el alma la implicación de este grupo de rescatadores. «No sé nadar, la impotencia que sentí fue enorme. No se lo deseo a nadie. Nuestra familia tiene una deuda con ellos», sentencia.

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