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Vecinos y amigos de la familia se han concentrado esta mañana junto a la vivienda. JAVIER MARTÍN

Una familia de La Herradura se enfrenta a su tercera orden de desahucio

Decenas de personas se concentran desde esta mañana para evitar que echen a la familia de la vivienda

Jueves, 30 de enero 2020, 11:45

Ana Mari tiene 34 años y vive en La Herradura junto a su hijo de 13 y su madre de 55. Hace tres décadas que residen en una vivienda heredada de sus abuelos. Pero están a punto de quedarse en la calle. Sobre ellos ... pesa una orden de desahucio por parte de una entidad bancaria. La casa fue hipotecada para que el padre de Ana Mari montara una negocio de construcción. La cosa no salió bien. El hombre se marchó. Y de repente comenzaron a llegar las órdenes de impago. «Mi madre no sabía lo que firmaba cuando mi padre se lo pidió. Y él luego se fue con otra», lamenta la mujer. Ahora, tiemblan ante la posibilidad de no tener un techo bajo el que dormir. Esta mañana decenas de personas se han reunido en el domicilio para tratar de evitar que los echen.

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En las dos ocasiones anteriores se ha logrado frenar la orden. Pero esta familia tiene miedo de que esta vez no haya tanta suerte. «Yo esto no se lo deseo a nadie. Ni a mi peor enemigo», asegura la mujer, que explica que ella no tiene trabajo fijo. «Tengo las cosillas que me salen y el dinero que el padre de mi hijo nos pasa para su manuntención», dice.

La afectada indica, además, que su madre está enferma. Es diabética y tiene una minusvalía. Ayer mismo tuvo que ir al hospital con ella porque la situación las está desbordando.

«Esto le puede pasar a cualquiera. No es sólo una casa, es nuestro hogar. Hemos vivido ahí muchos años», asevera.

Lo único que consuela a esta familia es contar con el apoyo de sus vecinos, de la plataforma Stop Desahucios y del Ayuntamiento xexitano. «En momentos así, tener a gente cerca es muy importante», explica Ana Mari.

Su hijo no durmió anoche en casa. Está con la mejor amiga de su madre, que no quiere que tenga que enfrentarse a momentos tan complicados. Ella y su madre si estarán esta mañana en su domicilio de La Herradura esperando para ver si aún hay opciones de frenar esta orden. Quieren conservar su casa, aunque son conscientes de que no será sencillo. «No tenemos medios. Si la orden se hace efectiva mañana (hoy), nos veremos en la calle», lamenta la mujer, que a pesar de todo no pierde la esperanza.

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