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Dos bañistas pasean por la orilla con sus mascarillas puestas. JAVIER MARTÍN

Las mascarillas pasean por la orilla en un primer día sin multas en la Costa

Fuentes de la Guardia Civil han indicado a Efe que el fallecido portaba su documentación en una bolsa de plástico que llevaba sujeta al cuerpo.

Jueves, 16 de julio 2020, 00:48

El uso de mascarillas en Andalucía es obligatorio desde ayer incluso en espacios abiertos y en los que se pueda mantener la distancia de seguridad. La autonomía siguió la tendencia marcada ya en otras regiones en las que a lo largo de las últimas semanas ... se ha ido imponiendo esta nueva norma. El objetivo es evitar los contagios y los rebrotes. Pero sin duda una de las cosas que más sorprendió a los andaluces es que esa obligación llegue a la playa. Muchos se preguntan cómo será el moreno mascarilla.

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En las playas de la Costa Tropical las policías y los auxiliares de la Junta comenzaban a vigilar por la mañana que la nueva regla se cumplía. No es necesario ponerse la mascarilla durante el baño en el mar. Tampoco para tomar el sol o cuando se está bajo la sombrilla con familiares siempre y cuando no se salga de ese espacio. Pero incluso para acercarse a saludar a unos conocidos en la sombrilla de al lado, un gesto habitual en el verano cuando uno vuelve a encontrarse con los vecinos del veraneo, hay que colocársela. También para pasear por la orilla. O en los accesos y entradas y salidas. Todo el mundo es consciente de la incomodidad pero también de la importancia de llevarla. Un gesto muy sencillo y una molestia mínima si se compara con las consecuencias que han tenido los miles de contagios por coronavirus.

En Motril, la responsable del área de Seguridad, Mara Escámez, afirmaba ayer que la Policía será «contundente» igual que lo fue en los momentos de la pandemia con aquellos que se saltaban las prohibiciones. Aquellos expedientes sancionadores ya están llegando a las casas, explicaba, y los que no se pongan la mascarilla seguirán el mismo camino. La multa es de un mínimo de 100 euros. Aunque sólo sea por el bolsillo, que a veces es lo único que parece doler, merece la pena no quitársela.

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Escámez resaltaba la importancia de que los ciudadanos, especialmente los más jóvenes, que a su juicio están siendo los más difíciles de convencer, tomen conciencia de la situación. El coronavirus sigue ahí y continúa siendo un riesgo importante para la salud. Y la nueva normalidad, guste más o menos, es distinta a la anterior. A la que realmente era normal.

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Aún así ayer, en general, la gente cumplía con la normativa y los agentes se encargaron de recordar la prohibición a los que no la llevaban puesta. Era la primera jornada. A partir de hoy el control será más duro.

En Almuñécar no hubo sanciones. Y al igual que desde Motril desde el Consistorio apuntaban que lo habitual es que los bañistas cumplan. Que lleven mascarilla en el paseo marítimo y mientras caminan por la orilla. La Policía se encargó de advertir a los que lo hacían de que se podían enfrentar a sanciones económicas y ya hoy no habrá advertencias, habrá multas.

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La alcaldesa sexitana, Trinidad Herrera, afirmó que aún siendo consciente de que las mascarillas son incómodas «tenemos que ser conscientes de la situación que vivimos» y recalcó que un brote en un municipio turístico sería muy dañino. También por las consecuencias para los vecinos. «Tenemos que ser conscientes de que el virus está ahí», aseveró.

Algo similar apuntaron desde Salobreña, donde el jefe de Policía Local indicó que no se detectó que hubiese muchas personas sin el atuendo obligatorio en estos días. Los agentes se encargaron de recordar a los usuarios de las playas que no se trata de una opción ni de una recomendación sino que es una obligación. A partir de hoy esos consejos se convertirán en multas.

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Junto a los policías locales de los municipios costeros, los auxiliares de playa serán los otros encargados de vigilar que los bañistas lleven la mascarilla puesta. Ellos no podrán sancionar, sólo advertir y en el caso de que lo consideren necesario avisar a los agentes para que tomen las medidas oportunas.

La normativa se puso en vigor en una jornada en la que los contagios se dispararon en nuestro país hasta los 390 y el número de rebrotes activos sigue siendo muy elevado. Por el momento la situación en la Costa Tropical no es muy complicada, pero cumplir con las restricciones resulta imprescindible para no volver a un escenario en el que las limitaciones vaya mucho más allá de la obligatoriedad de llevar mascarilla mientras se da un paseo por la playa.

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A principios de los noventa una campaña publicitaria acuñó una frase que treinta años después aún no se ha olvidado, aquel «póntelo, pónselo», referido a los preservativos. Se luchaba contra otro virus. Ahora es la mascarilla la que puede frenar el contagio. Y ponérsela cada vez es algo que no resulta tan complicado.

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