Caen en picado las intervenciones por medusas en la Costa Tropical. De un verano a otro, se han 'curado' a un 90% menos de personas por las consecuencias de los latigazos de las medusas en el litoral granadino.
Publicidad
En los municipios costeros no han tenido que sacar todavía la bandera amarilla y la señal de medusas para alertar a turistas y vecinos. A diferencia de otros veranos, en los puestos de salvamento los socorristas no andan ajetreados, las picaduras de estos invertebrados suelen ser el principal motivo de sus intervenciones, aunque de momento la presencia de medusas no es alarmante como en el verano de 2018 cuando se curaron más de 3.000 picaduras.
Noticia relacionada
Sara Bárcena Hernández
En lo que va de verano, se han curado menos de 10 picaduras por puesto de socorrismo. En Almuñécar-La Herradura, se han registrado solo 60 intervenciones de socorrismo en total frente a las 251 actuaciones que tuvieron lugar el pasado año.
Solo en picaduras de medusas en 2023 se atendió a 194 personas, pero este año no se ha atendido todavía ninguna, según explica Sandra Morales, coordinadora de Socorrismo. Las actuaciones más destacadas son una treintena de heridas, además de algunos traslados hospitalarios por bajadas de tensión y otras dolencias.
En Salobreña, la Cruz Roja ha participado en 61 actuaciones frente a las 279 en las que colaboró en el mismo periodo del año pasado. En 2023, los servicios de socorrismo actuaron en 231 picaduras de medusas frente a las 7 que llevan en este verano.
Publicidad
De acuerdo con Julio de La Rosa, director del Aula del Mar, la presencia o ausencia de medusas se debe a diversos factores. El principal, son las corrientes marinas. Los vientos desplazan la capa superficial del agua, (debido al efecto de coriolis y la espiral de Eckman) que propicia la llegada de agua a la superficie y con ella arrastra a las medusas y también restos de basura a las orillas.
Las corrientes no han sido favorables este año a su proliferación, ni a su reproducción, pese a que ha habido algunas oleadas de calor. Sin embargo, esto no implica que puedan reaparecer.
La especie que con más frecuencia se observan en el litoral es la 'Pelagia noctiluca', la medusa común, una criatura pequeña, de color rosa y dueña de ocho tentáculos que utiliza como red para poder capturar su alimento. Los ejemplares que este año no se están dejando ver como el año pasado son las medusas 'gigantes', la especie Rhizostoma Luteum', una medusa poco frecuente en el Mediterráneo que puede llegar a pesar incluso 40 kilos. Se empezó a tener constancia de su presencia en las costas españolas en 2012 e incluso se llegó a dudar de su existencia por la falta de datos e imágenes que se habían logrado de ellas. Los primeros avistamientos de esta especie se produjeron en la Región de Murcia, Almería y en Granada. El color es blanco translúcido con tonalidades violetas. Los brazos son largos y con la parte terminal gris oscuro. Pueden llegar a medir entre dos y tres metros. A diferencia de otras medusas, tiene numerosas bocas y se alimentan de plancton. La Rhizostoma luteum presenta una particularidad frente otras medusas y es que puede vivir en simbiosis con otros organismos. Hay peces que viven entre sus tentáculos o en su paraguas. sus tentáculos son urticantes, pero desprenden unos arpones menos venosos que especies más pequeñas.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.