Las medusas también visitan la costa de Granada en invierno

Las medusas suelen aparecer en verano. O al menos eso es lo que suele verse. Sin embargo, en invierno también hay presencia de estos invertebrados. Hace apenas un mes, en la Ensenada de los Berengueles, en Almuñécar, aparecía un pequeño «bloom» de medusas, la mayoría juveniles, según precisaban en la web del Litoral de Granada. No es la primera vez que ocurre, en diciembre del año pasado, un aluvión de estos invertebrados en la playa de San Cristóbal sorprendía a los vecinos.

En el caso de las que aparecieron en enero no llegaron a la arena, las de diciembre sí y causaron inquietud entre los que paseaban por la zona. El viento de Levante, apuntan los expertos, puede estar detrás de su aparición, aunque resulta complicado saber con exactitud por qué se mueven las medusas en un momento en el que es menos habitual verlas.

Sobre qué ocurrirá este verano, aún es difícil de predecir. En 2018, la presencia masiva de medusas provocó muchos problemas. Los socorristas atendieron más de 4.000 picaduras. Hubo numerosas jornadas de bandera roja debido a ellas. E incluso desde la Mancomunidad de municipios se planteó la posibilidad de hacer un estudio para ver las causas y las posibles soluciones. Los hoteleros y los hosteleros estaban preocupados por las consecuencias que podía tener para el turismo. Y los bañistas se bañaban menos de lo habitual.

Sin embargo, un año después, en 2019, la situación cambió radicalmente. De repente, las medusas prácticamente desaparecieron. ¿Qué pasó? Los expertos apuntaron entonces a diversos factores. Uno de ellos, los temporales de poniente que vivióla costa granadina ese verano y que provocaron que el agua estuviese más fría. Explicaban que según el tipo de temporal el agua que se arrastra es de las capas más profundas del mar (poniente, por eso está más fría) o de las más superficiales (levante). Cuando la temperatura del agua es más baja, hay menos medusas.

Lo que ocurrirá este verano aún está por ver. La mayoría agradecería que estos molestos compañeros de veraneo se queden lejos de la orilla para poder disfrutar de sus vacaciones. En unos meses, el misterio estará resuelto.