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Americanos, filipinos, asiáticos y europeos, os recibimos con alegría. Al más puro estilo 'Bienvenido Mr Marshall, en Vélez de Benaudalla y Lújar no saben qué cartel desplegar –ni en qué idioma– para darle la bienvenida a los turistas. Las dos localidades granadinas se han convertido de manera insólita e inesperada en dos de los pueblos más visitados de la provincia. De los 174 municipios que tiene Granada, son el cuarto y el quinto que acumulan mayor porcentaje del turismo extranjero, de acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) que analiza datos de geolocalización de teléfonos móviles.
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A los vecinos no les sorprende que sus pueblos resulten atractivos, pero sí les asombra que en Brasil, Egipto, China, Tailandia o Estados Unidos hayan dado con ellos y, sobre todo, que después de conocer los pueblecitos hayan querido volverse a casa. De acuerdo con el estudio, Vélez ha recibido 11.539 visitantes de enero a abril de este 2022, mientras que por Lújar han aparecido 9.657 viajeros. En los últimos años el turismo rural ha empujado fuerte, pero en ninguna de las localidades se esperaban las cifras. Han notado turistas, aunque no habrían dicho tantos y de nacionalidades tan dispares.
En Vélez, del total de viajeros, 5.639 visitantes son de origen europeo, la mayoría británicos, aunque del informe se destaca que un 5,4% de los turistas que han recibido este año habrían sido chinos. Por su parte, en Lújar, del total de visitantes, 4.326 son europeos –1. 334 son del Reino Unido–, pero un 10,4% serían del sur del pacífico, de la mismísima Filipinas.
1.311 filipinos habrían recorrido la sinuosa carretera de la Cabra hasta la Sierra de Lújar. En el municipio, el único rastro que han dejado los filipinos en su pasada ha sido en uno de los establecimientos rurales, donde tiene constancia que en un grupo numeroso de turistas había un filipino, aunque hay algún vecino que también apunta de broma que quizás han estado equivocados todo este tiempo y las religiosas que acompañaban a su párroco no procedían de Sudamérica.
Datos aparte, Mariano González, primer edil de Lújar, cuenta que la localidad ha dado un salto turístico en los últimos años. Los visitantes avivan lo que es, al igual que otras muchas localidades de la provincia y sobre todo de la Alpujarra y el litoral, todo un ejemplo de la España vaciada. En el núcleo de Lújar, habitan de continuo alrededor de 120 residentes, antes de la década de los 70 eran «4.000 almas».
El colegio se transformó hace años en un albergue municipal. No hay supermercados ni boticas. A los residentes les suben viandas en furgonetas los lunes, miércoles y viernes y el primer y único cajero llegó en 2020. En el municipio, que tiene una extensión de 36 metros cuadrados, solo hay un mesón de gestión municipal, el alcalde sirve copas los fines de semana y es peón caminero, retira las piedras de los caminos cuando pasa con su todoterreno. Pero también es cierto que cada vez son más los extranjeros que compran una vivienda para pasar largas temporadas. Escultores reputados en Europa y hasta el dueño del mejor restaurante del mundo, el Noma han encontrado su refugio en este pueblo acogedor que 'atrapa' a los visitantes.
En el Cortijo Sancardo, uno de los dos alojamientos, ya están todos los fines de semana reservados hasta el mes de octubre. Paredes blancas decoradas por buganvillas y la paz que contagia la naturaleza de la Sierra de Lújar. El establecimiento, que integra espaciosos pisos turísticos, es propiedad de Marie Raudrant, francesa afincada desde hace 20 años en España. El cortijo, que comenzó la actividad en agosto de 2018, cerró el 2021 con 121 reservas, parece una cifra poco significativa pero el establecimiento recibe grupos de hasta 20 personas y las estancias suelen ser largas, una media de 15 días. «La pandemia nos ha favorecido bastante, el poder reunirse en un entorno seguro y asilado ha ayudado a que los visitantes nos elijan. A raíz de la covid, el turismo rural y deportivo está en auge. Nos esperan años buenos», destaca. «Los clientes, la mayoría familia repiten. Las rutas senderistas, que la playa esté cerca, poder ver las estrellas por las noches... Este pueblo es el mejor sitio para desconectar», dice.
Touroperadores como escapada rural han ayudado a Marie a llenar los apartamentos de europeos principalmente. Por internet y por el boca boca los visitantes también han conocido la Casa Rural- Cortijo Valavero. Vanesa Wouters, la gerente, explica que el 98% de los clientes son extranjeros, la mayoría belgas. Los huéspedes pasan una media de seis días de media en Lújar. Uno de los mayores reclamos para los visitantes son sus rutas senderistas y la localidad suma más de 50 kilómetros. Leonor Moreno es la guía turística municipal y monitora deportiva. El Ayuntamiento ofrece rutas guiadas y actividades durante todo el año a sus visitantes y espera poder ofrecer más adelante opciones como la escalada, independientemente de las empresas privadas que puedan dar servicio allí.
Leonor, natural de Lújar, se fue a estudiar y a trabajar fuera de su pueblo y decidió volver. «Creo que aquí hay futuro. Es una pena que no se quede más gente. Los que resistimos hacemos un poco de todo para que en el pueblo no falte de nada», comenta.
El mesón municipal también lo atiende una joven almeriense de «familia lujeña emigrada». Loreto, de 27 años, ha pasado todos sus veranos en Lújar y dejó su trabajo en la capital de la provincia vecina en busca de paz. «Hay muchísima afluencia de extranjeros, sobre todo ciclistas europeos y americanos. La Alpujarra es conocida y los vecinos han sabido explotar y desarrollar pueblos como Pampaneira, queremos conseguir lo mismo aquí. Ya se han vendido algunas casas y en verano vuelven todas las familias, pero necesitamos un poco más de vida y de gente joven», señala Loreto.
El alcalde, Mariano González, desconoce cuál ha sido la receta para este éxito turístico, pero confía en que la localidad pueda «dar un despegue». «Prácticamente todos los servicios que hay son públicos, hace falta más iniciativa privada», cuenta, a la vez que busca desarrollo para crear una especie de granja escuela y establecimiento de hospedaje rural en un cortijo que ha adquirido el Ayuntamiento, donde se enseñará como funcionaban las granjas y las fincas agrarias a la antigua usanza.
En Vélez de Benaudalla, el primer edil, Francisco Gutiérrez, apunta que el 'boom turístico' puede deberse a las empresas de ocio activo que se han puesto en marcha. Desde la asociación turística aseguran que las empresas de ocio activo han revitalizado la localidad y esperan que poco a poco pueda llegar el desarrollo a Vélez. Ahora mimo la localidad no tiene hoteles y faltan alojamientos turísticos.
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