La Guardia Civil de Tráfico ha devuelto a su punto de partida a unos doscientos vehículos que entre la tarde de ayer y la mañana de hoy han intentado acceder a la costa granadina e incluso a La Alpujarra, donde tienen su segunda residencia, para huir de la cuarentena establecida por real decreto con el único objetivo de no propagar más el coronavirus. La irresponsabilidad de esos conductores pone en peligro a los habitantes de todas esas pequeñas localidades adonde se dirigen desde Granada aunque también se detectaron conductores que procedían de Madrid y Jaén.
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Periodismo y compromiso
Como dato curioso, el tráfico era tal que la salida de Padul se llegó a medio colapsar ayer tarde cuando los agentes impedían continuar el viaje y obligaban a dar la vuelta. No hubo detenidos, pero sí quienes buscaron atajos por carreteras secundarias y fueron sancionados por su cabezonería para seguir su camino hacia la playa. Guardia Civil ha puesto entre ayer tarde y esta mañana más de una treintena de sanciones, aunque no hubo detenidos.
Los controles en carretera continúan hoy y el objetivo es frenar la salida de personas hacia esas segundas vías. Lo más peregrino de esta situación es el tipo de excusas inventadas por los conductores para convencer a los agentes: «voy a echarle de comer a las gallinas», «tengo a la abuela en la playa y está sola nos está esperando para llevarle comida», «me han robado la casa y voy a ver los destrozos»…
Recuerdo para navegantes: las sanciones para estos conductores varían de 300 a 1.000 euros.
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