

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Alquilar una vivienda en la Costa se ha convertido en una tarea casi imposible para mucha personas que buscan piso en la ciudad. La combinación ... de una oferta limitada, precios que no dejan de subir y una legislación que genera inseguridad entre los propietarios ha creado una tormenta perfecta en el mercado inmobiliario local.
Según José Luis Escudero, asesor inmobiliario y propietario de la inmobiliaria que lleva su nombre, «el problema del alquiler no es solo el precio, sino la falta de oferta. Desde 2020, la oferta de alquileres ha caído un 50%, y eso está asfixiando a las familias y a quienes buscan una vivienda».
La inseguridad jurídica es, según Escudero, una de las principales razones de este declive. «Las modificaciones legales, como la Ley de Arrendamientos Urbanos y los cambios introducidos en 2023 por el Gobierno, han generado miedo entre los propietarios.
A esta situación se suma una nueva normativa que prohíbe a las inmobiliarias cobrar honorarios a los inquilinos, lo que también ha tenido un impacto negativo en el mercado. Según Escudero, desde la entrada en vigor de esta ley en junio de 2023, muchos propietarios han dejado de contar con los servicios de las inmobiliarias. «Ahora tengo que cobrar únicamente al propietario, y eso ha hecho que algunos se lo piensen dos veces antes de poner su vivienda en alquiler. Prefieren no complicarse la vida y, en muchos casos, optan por vender», añade.
Si bien la Costa no ha experimentado el aumento «salvaje» de precios que se vive en otras ciudades, los alquileres han subido un 20% de media entre 2020 y 2024. Escudero explica que «un piso medio de entre uno y dos dormitorios, sin grandes lujos, ronda ahora los 550 euros al mes. Si hablamos de un piso en la playa, con cochera y en buenas condiciones, ya estamos hablando de entre 650 euros. Y si es un piso de calidad superior, llega a más de 700 euros al mes».
A esta cifra habría que incluirle luz, agua y en muchas ocasiones wifi.
Sin embargo, los precios no son el único obstáculo. Según José Luis Escudero, «los propietarios son cada vez más selectivos. Muchos piden avales, antigüedad laboral o incluso varios meses de fianza, lo que hace que acceder a un alquiler sea prácticamente imposible para familias con sueldos bajos o jóvenes que están empezando en el mercado laboral».
El alquiler vacacional también ha reducido las opciones de larga duración. «En Torrenueva, muchos propietarios prefieren alquilar por temporadas cortas porque en verano pueden cobrar auténticas barbaridades. Eso hace que en invierno haya muchas viviendas vacías, pero no disponibles para alquiler anual».
Aunque la situación parece complicada, ve posibles vías de mejora. «Una solución sería fomentar la construcción de viviendas de protección oficial (VPO) destinadas al alquiler», propone.
Actualmente, el Ayuntamiento de Motril tiene una expansión urbanística que prevé la construcción de 1.395 nuevas viviendas repartidas en varios sectores estratégicos de la ciudad, como el MOT- 8, el MOT- 6, el MOT-3, el ARIT MOT- 4, y el PYV-5.
De estas viviendas, un 30% serán de protección oficial, lo que significa que 407 unidades estarán destinadas a garantizar el acceso a un hogar a familias con menos recursos, jóvenes y colectivos vulnerables.
La demanda de vivienda protegida en Motril «es evidente», con un registro actual de aproximadamente 800 solicitantes.
En noviembre, 400 nuevos solicitantes presentaron sus solicitudes en el registro.
En los últimos meses, la búsqueda de alquiler en Motril se ha convertido en una auténtica odisea para muchos que intentan vivir en la ciudad.
Bien lo sabe Estefany Cataño Aristizabal, de 30 años y camarera. La joven está en proceso de mudarse a Motril por razones laborales, pero lleva meses enfrentándose a un complicado panorama para encontrar un piso o casa en alquiler. «Busco una vivienda de 2 o 3 habitaciones en una zona tranquila, preferiblemente en un edificio con ascensor», comenta. A pesar de utilizar plataformas como Idealista, los altos precios y los requisitos, como antigüedad laboral o varios meses de fianza, dificultan su búsqueda. «La oferta es limitada, y los precios suben debido a la alta demanda, especialmente en zonas cercanas a la playa», explica. Para ella, los alquileres turísticos han empeorado la situación, dejando menos opciones para alquileres a largo plazo.
Igual que ella se encuentra Andrea Hernández, de 32 años, una joven madre casada que busca mudarse a su ciudad natal, para estar cerca de su familia y amigos. Sin embargo, su experiencia no ha sido fácil: «la mayoría de las casas están en mal estado o en barrios con un ambiente poco deseable». La dificultad de encontrar algo accesible y en buenas condiciones la ha llevado a sentirse impotente. «Es necesario que los precios se ajusten a los sueldos, que no pidan fianzas abusivas y que se amplíe la oferta de alquileres a largo plazo», afirma.
Por su parte, Patricia Villegas, de 28 años, es de Almería y trabaja temporalmente en Motril. Busca un piso económico para independizare. Actualmente vive en casa de un familiar mientras continúa su búsqueda. «Llevo cuatro meses buscando piso y no hay nada en condiciones», explica. «Los pisos de una habitación no bajan de 500€, y los de temporada resultan aún más caros, llegando a duplicar o triplicar los precios en verano».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.