La Policía Nacional continúa investigando el hallazgo el pasado jueves de una mujer muerta en una caravana ubicada en un cortijo de Motril. Fuentes próximas a la investigación señalan a este periódico que fue la propia pareja la que dio aviso a las autoridades. Se ... le tomó declaración este viernes, pero no ha sido detenido. La Policía deberá ahora contrastar el relato que ofreció el hombre, aunque por el momento no se han encontrado indicios que le involucren. Todas las hipótesis siguen abiertas.
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Javier F. Barrera
Los resultados de la autopsia, que aún no están listos, determinarán la causa de la muerte. Sí ha trascendido ya que hay aparentes signos de violencia. Mientras, los investigadores siguen recopilando indicios. De hecho, este viernes varios especialistas recogieron pruebas en el lugar de los hechos.
La mujer, de 51 años de edad, fue hallada el pasado jueves por la tarde. Según precisaron fuentes del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) a este periódico, la fallecida no era usuaria del IAM a través del Centro Municipal de Información a la Mujer de Motril. La consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Loles López, lamentó la muerte y subrayó que no quiere pronunciarse sobre si se trata o no de un caso de violencia de género «hasta que no lo ratifique el Gobierno de España» porque prefiere ser «muy respetuosa en ese sentido».
Por otro lado, el hallazgo dejó devastada a la Asociación La Volaera de Granada, que informó de que la había atendido en reiteradas ocasiones, al sentirse «amenazada» por su pareja. Según aseguró el colectivo a este periódico, tienen «el corazón roto» por la pérdida de su amiga Irene, natural de Madrid.
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La asociación mostró su impotencia a través de Twitter, donde lanzó un mensaje en el que aseguran que «ojalá» pudieran haber hecho más de lo que hicieron. «Hoy una nueva estrella brillará en el cielo. Vuela alto, querida», señala. La asociación conocía a Irene desde hace tiempo y sus miembros habían mantenido largas conversaciones con ellas sobre su situación personal. Explican que vivía en la caravana con sus perros y tenía una hija con la que no convivía. Al leer la noticia sobre el suceso de Motril y ver la imagen del descampado, supieron que se trataba de ella. «Estamos frustradas», manifiestan.
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