Perdón y Lágrimas, Descendimiento y Alba y Silencio llenaron las calles de Almuñécar de fervor y numeroso público en el Miércoles Santo sexitano

La iglesia parroquial de la Encarnación fue el punto de partida de una tarde-noche de Miércoles Santo donde el tiempo acompañó, a pesar de las cuatro gotas que cayeron momentos antes salir a la calle, el paso de misterio de la Cofradía del Cristo del Perdón y Santa Verónica y María Magdalena. En el pórtico de la iglesia aún se dejaba notar un fondo azul de nubes y claros que resaltaba aún más las imágenes sobre el trono que llevó a cabo su recorrido por las calles sexitanas acompañado de la Banda de Cornetas y Tambores Amor y Paz de la localidad cordobesa de Montoro.

A continuación era la Cofradía del Descendimiento y Santa María del Alba, portada por horquilleros y horquilleras, la que sacaba su paso de misterios hasta el pórtico de la iglesia para realizar la primera levantá, a los sones de la Agrupación Nuestra Señora de la Encarnación.

Cerraba el Miércoles Santo sexitano la Cofradía del Cristo de la Expiración, conocida popularmente como «Silencio». Su estación de penitencia en las calles de Almuñécar es sencilla y llena de devoción y silencio, solo roto por el tambor y un silencio floreado que, por cierto, tocó este año Lucía López, durante el recorrido. Un itinerario que se adentra por el casco antiguo a oscuras, ya que operarios municipal se encargan de apagar el alumbrado público y solo resalta la iluminación de las velas que portan los penitentes vestidos con túnica y capirote negro. Impresionante.