Jorge Hernández tiene una obsesión desde hace más de un año: recuperar los 3.000 euros que costaba la dentadura de su mujer. Denunció su desaparición cuando ella, Christl Maria Wolter, de 85 años de edad, se encontraba ingresada en el Hospital Santa Ana de ... Motril tras sufrir un ictus. Decidido a recuperar el dinero para adquirir una nueva, presentó una reclamación en el centro, que ahora ha sido desestimada. Desesperado por encontrar una solución, pide al centro que reconsidere su postura.
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La mujer ingresó en el hospital el 23 de enero del año pasado en Medicina Interna. A los pocos días, un profesional sanitario se la quitó de la boca «sin avisar», según señaló en su día Jorge a este periódico. «No sabemos por qué lo hizo. Era difícil hacerlo, porque estaba implantada con tornillos», explica. La dentadura permaneció unos días en una cajita sobre la mesita de noche, hasta que una mañana se percataron de que no estaba. La buscaron por todos lados, sin éxito. «No sabemos si alguien se la llevó o la tiró. Nos costó 3.000 euros y tenía plata, le pregunté al centro hospitalario si podía encargar una provisional y que ellos la pagaran, pero no recibí respuesta», añade. Mientras, alimentaba a su mujer a base de sopa, puré, yogures y poco más.
IDEAL se puso en contacto entonces con el Hospital de Motril, que aseguró que a nivel interno se había realizado una investigación y se tramitó el caso a Gerencia de riesgos de servicios centrales, como reclamación patrimonial, para que se le pagase la dentadura. Sin embargo, un año después la situación ha cambiado. Jorge Hernández ha recibido la resolución del expediente en la que se desestima su reclamación.
El documento, al que ha tenido acceso este periódico, asegura que no se puede constatar «una evidente relación de causalidad entre la actuación de la administración y el daño alegado». La compañía aseguradora encargada de la gestión de estos expedientes expone que no concurren los requisitos necesarios para que exista responsabilidad patrimonial de la administración, «al no poderse constatar que la desaparición de la dentadura se produjera dentro de la planta donde estuvo ingresada», o durante el traslado al Hospital de Neurotraumatología -donde la derivaron un día para recibir una segunda opinión-.
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Jorge califica de «injusta» la decisión del hospital, que «solo quiere evitar pagar la dentadura». Recuerda que su mujer ya no la llevaba cuando fue trasladada a Granada, así que todo ocurrió en el Hospital Santa Ana. Está desesperado por recuperar el dinero y adquirir una de la misma calidad que la anterior. Mientras, el sexitano cuida de su mujer con esmero y la mima todo lo que puede. Se siente fuerte para ayudarla muchos años más y seguir reclamando, dice, lo que les pertenece.
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