P.G-T.
Viernes, 22 de julio 2022, 00:29
Las playas de Motril y Salobreña se ponen al día tras el retraso en la puesta en marcha de los servicios de hamacas, tumbonas, quioscos y chiringuitos náuticos por un problema administrativo con la concesión de licencias.
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Ayer, en las playas de Salobreña los chiringuitos que ya habían regularizado su situación con la concesión de una nueva licencia desplegaban tumbonas y sombrillas, mientras que al final de Salomar algunos quioscos de helados y colchonetas ya prestaban atención a los clientes. En Motril, desde el fin de semana pasado las playas recuperaban cierta normalidad después de los líos administrativos que habían provocado que en la primera quincena de julio no hubiera ningún quiosco en funcionamiento.
Un cambio normativo que daba mayor potestad a los municipios en el otorgamiento de licencias ha dilatado el proceso para que los usuarios adquieran las autorizaciones.
Con la Ley 9/2017, los ayuntamientos pueden establecer sus propios criterios para otorgar licencias. Las empresas que quieran instalar su negocio en las playas tienen que cumplir las exigencias de cada localidad, a excepción de Almuñécar u otras localidades que han renunciado al derecho preferente y a Junta se encarga exclusivamente de la concesión de permisos.
Este año tocaba la renovación de las licencias y ha demorado que los empresarios puedan comenzar su actividad e incluso alguno ha perdido su permiso.
En el caso de los chiringuitos, su licencia es más longeva pero los servicios temporales se renuevan cada cuatro años, razón por la que en algunas zonas de playas en las que hay chiringuitos si hay servicios de hamaca y sombrillas.
La Junta achacó los problemas con las concesiones exclusivamente a los ayuntamientos. «Los planes de playas de Salobreña y Motril están aprobados por resolución de esta Delegación Territorial de Desarrollo Sostenible desde el mes de abril del presente año. Si no se han podido poner en funcionamiento es porque el o los ayuntamientos no han sacado sus licitaciones», manifestaba a principios de julio la delegación territorial de Medio Ambiente, mientras que los empresarios de playas ponían el grito en el cielo por el daño económico que provocan estas demoras en las familias que viven de los negocios de temporada.
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Por su parte, el Ayuntamiento de Motril pedía disculpas por los retrasos en la concesión y aseguraba que se había tratado de agilizar lo máximo posible las licitaciones, pero algunas habían tenido que ser denegatorias porque faltaban documentos y se había tenido que repetir el proceso. Ahora, las familias afectadas se olvidan del mal trago y exprimen al máximo la temporada turística.
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