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La temperatura del agua les recuerda al verano en sus países M. J. A.
El primer chapuzón en Almuñécar para comenzar el año

El primer chapuzón en Almuñécar para comenzar el año

Los escandinavos llevan más de diez años bañándose cada Navidad en las playas granadinas para conservar la tradición de su país

MJ Arrebola

Granada

Miércoles, 1 de enero 2025, 21:47

Desde hace más de una década, los escandinavos afincados en Almuñécar se bañan en la playa cada Navidad para no perder las tradiciones de su país.

Lo que comenzó como un guiño a las costumbres nórdicas se ha convertido en una cita anual llena de risas y un toque de locura.

Allá por el año 2010, un grupo de unas 15 personas de origen nórdico decidió mantener viva una tradición profundamente arraigada a sus países de origen: bañarse en agua fría durante las fiestas navideñas. En Suecia, Finlandia y Noruega, el agua helada simboliza un renacimiento, una forma de purificar el cuerpo y el espíritu. «Aquí no tenemos hielo, pero el mar cumple perfectamente su función», bromea Marianne, una finlandesa de 75 años que no ha faltado ni un año a la cita.

Ahora, al comenzar el año, decenas de personas se reúnen en la playa de San Cristóbal para participar en este peculiar «chapuzón». Según cuentan, cada año se incrementa la cifra de participantes.

Vestidos con gorros de Papá Noel y trajes de baño, los valientes se sumergen en las aguas sexitanas entre risas y gritos de entusiasmo. Desde niños pequeños que saltan al agua con alegría, hasta octogenarios que no pierden la oportunidad de unirse a la diversión.

Los participantes se colocan en la línea de salida para correr M. J. A.

Es el caso de Bodil, de 85 años, una de las participantes más veteranas. «Cada año es más divertido. El agua está tan caliente que parece verano», comenta con una sonrisa mientras se prepara en la orilla. Para los más atrevidos, el «chapuzón» es todo una aventura: Edi, un joven finlandés, asegura que el Mediterráneo es «como una piscina tibia» comparado con los lagos helados de su país.

Según explica, mientras se coloca sus gafas de buceo, por las mañanas se levanta y se hace su buen desayuno, para tener energía durante el día. Cuando sale de casa, se pone a nadar en un lago cercano. «La temperatura del agua suele oscilar los 2 grados centígrados bajo cero pero yo todos los días nado», comenta mientras su madre elogia su valentía.

Además señala que en España el agua está «muy caliente» y se puede nadar durante todo el año.

En los países nórdicos, esta actividad, poco común en tierras españolas, suele ir acompañada de saunas, paisajes nevados y noches oscuras. Sin embargo, en Almuñécar, el frío se sustituye por el sol, cielos despejados y una temperatura del agua que ronda, según dicen, los 18 grados centígrados. «Para nosotros, esto es prácticamente verano», dice Rolf, un sueco que lleva más de una década viviendo en la localidad.

Según detallan, en los países escandinavos, este tipo de actividades tiene un trasfondo cultural «importante». «Se dice que bañarse en agua fría fortalece el sistema inmunológico, mejora la circulación y aporta una sensación de bienestar general. Además, el acto de sumergirse en aguas heladas simboliza el cierre de un ciclo y el inicio de otro con una energía renovada», explican mientras se acercan a la orilla para meterse en el agua.

Una Navidad «muy diferente»

A diferencia de las frías Navidades escandinavas, lo que más gusta a los extranjeros es que aquí la gente se reúne al aire libre, paseando por el casco histórico o disfrutando de tapas en las terrazas. Ante esto, Marianne comenta: «en Finlandia, a las 3 de la tarde ya es de noche. Aquí, podemos estar todo el día celebrando las fiestas».

Para los escandinavos, la Navidad en España, y más concretamente en Almuñécar es una experiencia completamente diferente: «el ambiente aquí es más relajado, más abierto. No necesitamos abrigos ni chimeneas, pero mantenemos nuestras tradiciones, como el baño navideño y la comida típica», señala Rolf.

Durante las fiestas las mesas se llenan de platos como el julskinka (jamón navideño), el gravlax (salmón marinado) y las famosas albóndigas suecas, que son todo un manjar en este país. Sin embargo, no faltan los productos típicos de la geografía española como el jamón serrano, los mariscos y el vino andaluz. «Es un intercambio cultural. Nosotros traemos nuestras recetas, pero también disfrutamos de lo que ofrece España», dice Rolf.

La temperatura del agua en sus países suele estar en los 2 grados centígrados bajo cero en esta época

Además, algunos residentes incluso decoran sus casas con elementos típicos de sus países con velas, estrellas de papel y adornos que recuerdan los paisajes nevados. Aunque la nieve esté a miles de kilómetros, el espíritu navideño sigue presente, explican.

Pero, sin duda, lo que hace especial la Navidad en Almuñécar no es solo el clima o el mar, sino la forma en que se mezclan las culturas. Para los escandinavos, el «chapuzón» navideño es una manera de mantener vivas sus tradiciones en un entorno completamente distinto; para los sexitanos que observan la estampa, es una oportunidad de conocer nuevas culturas.

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