En julio de 2011 la naviera Armas implantaba en el puerto de Motril la primera línea regular en operar en la dársena: la ruta con Melilla. Abría un nuevo servicio que iba a competir con el que ya se ofrecía desde Málaga y Almería, que ... contaban con ayudas estatales. La línea, a pesar de las dificultades, se asentó, y hasta el estado de alarma había operado ininterrumpidamente, con cambio de naviera incluido por movimientos en el mercado que obligaron a Armas (que compró Trasmediterránea) a dejar Motril a FRSpara evitar copar todos los tráficos con la ciudad autónoma. Ahora, la Autoridad Portuaria de Motril teme que después de tanto tiempo y tanto esfuerzo la ruta pueda peligrar. Por eso reclaman al Gobierno central celeridad para conseguir que sea de servicio público, como ya lo son la de Málaga y Almería.
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Pepe García Fuentes, presidente delPuerto motrileño, resalta que la pandemia no ha impedido que el tránsito de pasajeros, aunque reducido, continuara con Málaga y Almería. Ha sido así por la obligación de servicio público. Y lo pone como ejemplo de lo que considera que ha sido una discriminación continua a la línea con Motril en estos nueve años. No es el único que ha defendido esta tesis. Su antecesor en el cargo, el socialista Paco Álvarez de la Chica, también luchó para que la ruta recibiera el mismo trato que las de Málaga y Almería, es decir, que contara con ayudas públicas. En esta reivindicación no había colores políticos. Todas las administraciones, así como los empresarios mostraron una voz única de la provincia de Granada. Pero nunca se consiguió.
En febrero, apenas un mes antes de que la vida se nos volviera a todos del revés después de que el presidente Pedro Sánchez decretara el estado de alarma por la crisis de la Covid, las negociaciones entre el Puerto y la Administración central estaban muy avanzadas. Se estaba buscando el engranaje legal para que la ruta con Motril, que además es el puerto más cercano a la ciudad autónoma.
Tras quedar desierto contrato marítimo de Melilla, en el que no se incluye la línea de Motril, se ha quedado desierto, la situación se le puso de cara a la dársena motrileña. No era la primera vez que se daba esta situación. Pero ahora esta realidad coincidía con las reuniones que se estaban manteniendo entre la Autoridad Portuaria de Motril y la de Melilla con Marina Mercante para intentar que la línea entre la ciudad autónoma y el puerto motrileño tuviese un trato igualitario y también accediera a las ayudas. En el último encuentro en Madrid, antes del estado de alarma, se pusieron sobre la mesa tres posibles soluciones, todas beneficiosas para Motril. Ahora están a la espera de ver cómo avanza.
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El presidente del Puerto explica que Capitanía Marítima iba a hacer un estudio económico y de la actividad de las tres líneas en el que se evaluarían diferentes parámetros como los pasajeros o la distancia. Sin embargo, la crisis sanitaria hizo que cambiaran las prioridades de las administraciones. Yel informe se paró, como todo lo demás.
García Fuentes afirma que ahora quieren retomar las reuniones en Madrid. Ver en qué situación se encuentra este estudio y reclamar celeridad en su elaboración y los trámites para que la línea continúe. No quiere pensar en la opción de que pueda desaparecer. «Por muchas razones le tenemos un cariño especial a esta ruta», asegura, al tiempo que señala que son muchos los ciudadanos de la provincia que la utilizan. Además de la importancia que tiene para el tráfico de mercancías.
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El máximo responsable del puerto indica que creen que las rutas con Marruecos volverán a estar operativas entre octubre y noviembre. Pero en el caso de la de Melilla, con la frontera terrestre entre la ciudad autónoma y el país marroquí cerrada, y sin ayudas públicas, por el momento ve complicado que se retome. El buque que da el servicio, eso sí, continúa atracado en la dársena motrileña, con tripulación a bordo, como una muestra de que la intención es quedarse.
A pesar de odas las dificultades, García Fuentes es optimista. «Si hay voluntad política podría ser servicio público», deja claro, al tiempo que reitera que igual que se ha hecho hasta ahora se va a seguir luchando para que la línea se quede. Reclama, exige un esfuerzo también al Gobierno central, es imprescindible que logren esa obligación de servicio público, sea con el engranaje legal que sea, para dejar de estar «discriminada».
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La historia de la línea de Motril y Melilla no ha sido fácil. Cambios de barcos, cambios de naviera, decenas de puertas cerradas mientras se reclamaban ayudas estatales...Pero las administraciones granadinas de uno y otro color político han tenido siempre presente que era imprescindible que el puerto de Motril compitiera en igualdad de condiciones. Si es verdad aquello de que el que la sigue la consigue, sería impensable que esta ruta no lograra finalmente el reconocimiento de la Administración central que lleva años reclamando. Habrá que ver cómo avanzan las negociaciones en los próximos meses para comprobar si esta historia de casi un década de duración llega por fin a buen puerto.
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