«No quedará campo para regar cuando lleguen las tuberías»

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A Eulogio, agricultor de 44 años, la maquinaria que hará realidad las tuberías de Rules le ha arrancado 170 árboles que su familia cultivaba desde hace 30 años. El paso de las excavadoras es continúo. Un gran desnivel divide la tierra que antes era suya. «Es una pena ver la finca así. Un árbol no crece en un día y por donde pasa la tubería ya no podremos plantar más subtropicales», manifiesta. «Este año no pudimos recoger bien los frutos, nos van a arruinar y no sabemos cuando acabarán las obras en la finca. Nos dijeron que solo serían semanas y llevan aquí tres meses», cuenta. Además de la pérdida patrimonial –al agricultor solo le han ofrecido 12.000 euros–, en estos últimos meses ha sufrido robos, le han quitado hasta un gallinero. La protección de su finca es débil por las obras. En uno de los trabajos de los operarios una avería en los desagües hizo que el cortijo familiar se inundara. Ríos de agua anegaban su parcela y lo mismo sucede que cada vez que tiene que activar los riegos para no perder lo que le queda de plantación. «Esto es un desastre. Las canalizaciones de Rules se supone que son para el bien de todos, no para fastidiar más todavía a los agricultores», afirma. «Se tardará años en recuperar la tierra tras el paso de la maquinaria y encima en mi parcela se quedará una arqueta de emergencia. Temo perderlo todo en un accidente», sentencia.

Pérdidas cuantiosas

En la misma situación se encuentra Santiago. A sus 64 años ve cómo el trabajo de su vida está destrozado. Ha perdido 180 plantas, algunas con más de 60 años. Los peritos han valorado en 170.000 euros los daños a su finca, pero la administración le ofrece solo 18.000. «Sabemos que el agua de Rules es importante para la Costa, pero necesitamos que los mismos que defendían el proyecto nos defiendan ahora de este atropello», apunta. Por último, Rafael, de 74 años, le han reventado el muro que protegía su parcela, que está cortada por la mitad. «Con lo que me darán no tengo ni para empezar a arreglarla», explica.

Estos agricultores han puesto el asunto en manos de sus respectivos representantes legales.