Carchuna le dice adiós a una de sus atracciones accidentales. «Ese barco velero cargado de sueños cruzó la bahía», canturreaban los operarios mientras el Sar Mastelero, el buque de Salvamento Marítimo remolcaba el yate encallado en la playa. Más de ocho horas de trabajo después, ... la embarcación dejaba atrás 30 metros de piedra sobre los que 'descansaba' desde hace más de una semana.
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18 efectivos en la arena, 10 en el buque de Salvamento y otros cuatro tripulantes en la Salvamar Gineah participaron en la ardua tarea de rescate. Con globos a presión en el interior del 'megayate' y rodeando el exterior del barco, los operarios le otorgaron al 'Neeveen' la flotabilidad que había perdido en su desventura contra las rocas para remolcarlo hasta el puerto de Motril.
«Desde la semana pasada, el equipo de operaciones especiales de la base estratégica de lucha contra la contaminación de Salvamento Marítimo de Cartagena participa en el rescate del buque. La primera operación que se hizo fue la extracción de 6.500 litros de gasoil. El lunes y el martes se retiraron otros contaminantes sólidos. A partir de entonces procedimos al reflotamiento, en estos días se ha preparado todo el equipo para reflotamiento, con la intención de darle flotabilidad con globos de aire a presión y con el Sar Mastelero sacarlo del varamiento. Hay cerca de 30 metros de piedra que tiene que librar», explicaba Jose Manuel Allegue, jefe del centro coordinación y salvamento marítimo de Almería.
«Una vez que esté fuera de la zona rocosa, se seguirá reflotando con globos y se tratará de taponar la avería, mientras que se achica agua del interior del buque con bombas y lo llevaremos al puerto de Motril», añadió Allegue. «Es una operación compleja y muy delicada», sentenció.
La teoría, que ya de por sí no parecía ligera, se complicó. La Policía Local llegó para disipar la multitud de curiosos que atravesaron el cordón. Una cadena trataría de 'desatascar' el barco y era necesario respetar el perímetro de seguridad de más de 300 metros para prevenir accidentes. Después de tardar 30 minutos de llenado por globo, el Sar Mastelero tiraba con toda su fuerza del Neeven sin que, más allá de un par de crujidos en la roca, no se moviera un ápice. La operación se complicaba. Una avería en el buque de Salvamento pausaba el rescate. Allegue se planteó movilizar incluso el Luz de Mar, un barco de Salvamento de las mismas características que se encontraba en Algeciras para que lo sustituyese.
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No hizo falta. La tripulación del barco logró reparar el motor fatigado. Ayudados por el mar y tras cambiar la cadena desde la popa hasta la proa, lograron que el exyate del jeque árabe de Marbella dejara atrás la laja.
En el agua, poco a poco ganaba flotabilidad. Su camino hacía el puerto llevará un par de horas. Una vez en la dársena, los operarios sacarán el barco en la marina seca para dejarlo en depósito. Con un travelift lo suspenderán y evaluarán los daños para escribir su próximo destino, que puede pasar por la subasta o el desguace.
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