![El ritmo nórdico de la petanca](https://s2.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2025/02/08/petanca-nordicos-keZF-U230791261746WME-1200x840@Ideal.jpg)
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El sonido de las bolas metálicas rodando sobre la arena y el murmullo de conversaciones en sueco, noruego, finlandés y danés llenan cada mañana las pistas de petanca del hogar del pensionista de Almuñécar. No es una escena inusual, desde hace más de cuatro décadas, ... un grupo de nórdicos ha convertido la localidad sexitana en su paraíso invernal, donde pueden disfrutar de este juego.
Para ellos, este deporte es una tradición que los conecta con sus raíces, una excusa para socializar y, lo más importante, una forma de mantener vivo el turismo de invierno en la localidad, contribuyendo a romper la estacionalidad que caracteriza a la Costa.
La historia de la petanca en Almuñécar dentro de la comunidad nórdica se remonta a 1984, cuando John Lenkvist, un sueco de 74 años, empezó a jugar en el hogar del pensionista. «En aquella época, apenas éramos un pequeño grupo de amigos que nos reuníamos con nuestras propias bolas de petanca», recuerda uno de los participantes con una sonrisa. «Nunca imaginamos que, con el tiempo, esta tradición crecería tanto», añade.
Pero fue Acke Romeborn, otro sueco, quien tomó la iniciativa de formalizar este deporte en la localidad. Se puso en contacto con el Ayuntamiento y propuso habilitar espacios adecuados para su práctica, lo que permitió que se expandiera. Desde entonces, el grupo ha ido creciendo hasta alcanzar los 60 jugadores actuales, en su mayoría provenientes de Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca e Islandia. «Cuando llegamos aquí y vimos que el clima era perfecto para jugar incluso en invierno, supimos que teníamos que organizarnos», explica Leif Håkansson, otro de los jugadores habituales.
A través de un grupo de Facebook, los miembros coordinan sus encuentros dos veces por semana en las pistas del hogar del pensionista, aunque de vez en cuando se trasladan a la playa, disfrutando del sonido de las olas mientras lanzan sus bolas metálicas con precisión. Además, según cuentan, en diversas ocasiones acompañan las partidas con música para animarse.
La petanca es un deporte que muchos ni conocen. Según explican, se juega en equipos o de manera individual, con el objetivo de lanzar las bolas lo más cerca posible de un pequeño «boliche». A simple vista, puede parecer un juego sencillo, pero quienes lo practican aseguran que «la técnica y la estrategia juegan un papel muy importante en cada partida».
En los países nórdicos, la petanca es un deporte bastante extendido, con más de 30 clubes activos en Suecia. «Es una actividad que practicamos mucho, pero aquí tiene un encanto especial: el sol, la buena temperatura y la posibilidad de jugar al aire libre todo el año», comenta Elisabeth Holmström.
Para muchos de los jugadores, la petanca no solo es una actividad deportiva, sino una excusa para socializar. «Es una forma de conocer gente de diferentes países y compartir buenos momentos», añade Holmström. «Después de jugar, solemos ir a un bar a tomar algo y seguir charlando. Es una tradición».
Y es que, mientras las bolas ruedan sobre la tierra, las conversaciones fluyen en distintos idiomas. Risas, estrategias compartidas y comentarios amistosos llenan el ambiente, creando una comunidad unida por la pasión por este juego.
Uno de los aspectos más importantes de esta iniciativa es su impacto en el turismo local. Mientras muchos destinos de playa sufren una caída de visitantes en los meses de invierno, Almuñécar ha encontrado en los nórdicos un aliado para mantener viva la actividad. «Algunos han venido aquí únicamente para jugar y terminan quedándose varios días visitando la localidad», señala Olle Bergh.
Además, este auge ha llevado a la organización de competiciones más allá de las fronteras granadinas. En enero, se celebró un campeonato entre un equipo de Almuñécar y un grupo de Benalmádena, con la participación de 39 jugadores finlandeses. «Fue un evento increíble, con muy buen ambiente», recuerda Odd Nyström. «Y lo mejor de todo, ¡ganamos los de Almuñécar!», añade entre risas.
El próximo torneo está previsto para marzo, con la participación de otro club de Benalmádena. «Siempre intentamos organizar campeonatos porque sabemos que es una forma de atraer turismo a Almuñécar», comentan. «Cada vez más jugadores se suman, y el número sigue creciendo».
Además, la empresa sueca de Rolf Hedberg ha comenzado a organizar viajes turísticos en los que, además de disfrutar del clima y la gastronomía local, los visitantes pueden recibir un curso sobre cómo jugar a la petanca.
A medida que más personas se suman a este grupo, la petanca sigue consolidándose como una actividad importante para el turismo de invierno. No solo es una forma de entretenimiento para las personas mayores, sino también una oportunidad para socializar y mantener viva su salud física.«Nosotros tratamos de potenciar el turismo de invierno en la zona. Queremos que la gente sepa que Almuñécar no es solo un destino de verano, sino un lugar donde se puede disfrutar todo el año», concluyen.
Con esta vitalidad, los nórdicos demuestran cada día que el deporte, la amistad y las ganas de vivir, pueden pasar fronteras.
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