Daniela Gutiérrez es de Salobreña, pero lleva cinco años en Madrid. Daniela es enfermera y trabaja en el hospital Ramón y Cajal. Daniela le dijo a su familia hace más de tres semanas, antes del confinamiento, y de que hubiese casos en Granada, que compraran comida y se quedaran en casa, que la cosa se iba a complicar. Daniela tenía turno de tarde el viernes, pero a las ocho de la tarde, con 38 de fiebre tuvo que volverse a casa. Ahora ella es la enferma. «Es primordial quedarse en casa», asegura, todavía emocionada tras ver el homenaje que le ha hecho su pueblo. «Daniela, todo va a salir bien», le dicen sus vecinos en un vídeo que le han enviado para que no se sienta tan lejos de los suyos.
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La idea partió de Adelina, su hermana, que se puso en contacto con la alcaldesa de Salobreña, María Eugenia Rufino, para contarle lo que le había pasado a Daniela y pedirle que le enviara un mensaje de apoyo. La primera edil se emocionó y se le ocurrió otra idea, hacerle un vídeo en el que participaran personas del pueblo y mandárselo para darle ánimo. Con la ayuda de sus hijas, Rufino hizo unos carteles que luego los agentes de policía de la localidad muestran en la grabación y pidió a una niña del municipio que también les ayudara a lanzarse un mensaje de ánimo.
«Ha sido mi mejor medicina. Me he emocionado mucho. Estoy muy orgullosa de mi pueblo y de lo bien que ha respondido desde el primer momento», aseguraba ayer esta salobreñera que aún se encuentra confinada en su vivienda de Madrid y esperando recuperarse cuanto antes. «Por las mañanas me levanto muy mal, conforme avanza el día voy mejorando», explica, al tiempo que insiste en que es imprescindible que la gente se quede en casa y reconoce que los sanitarios están teniendo que hacer un esfuerzo enorme en esta crisis.
Su hermana, Adelina, habla con orgullo del papel de Daniela en esta batalla, pero también con preocupación. «Sabemos que aunque estuviera cerca no podríamos verla, pero es duro no poder ni siquiera acercarte a su puerta a llevarle un caldo o saber que si necesita algo nos va a tener», indica, al tiempo que agradece enormemente el gesto que ha tenido el pueblo. «Mi hermana quiere mucho a Salobreña. No está aquí porque por trabajo no le ha quedado más remedio que irse, pero ella siempre lleva a su pueblo con ella», recalca.
Por eso, cuando ayer, al despertarse dolorida y cansada, y ver el homenaje que le había brindado su municipio, Daniela no pudo contener las lágrimas. Su principal deseo ahora es recuperarse para, más pronto que tarde, poder volver a Salobreña y agradecer a sus vecinos todo el cariño que le han brindado para afrontar la enfermedad. Y es que si algo se está aprendiendo en esta crisis es a dar abrazos a distancia.
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