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Salobreña, libre de sacrificio animal

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Javier Martín

Salobreña, libre de sacrificio animal

SOS Animales Salobreña monta un refugio y se encarga de la recogida de perros con el Ayuntamiento; recuperan mascotas maltratadas rescatadas por el Seprona y ningún amigo de cuatro patas abandona el centro sin una familia

Domingo, 4 de octubre 2020, 01:20

Salobreña se ha convertido en un pequeño refugio para los animales donde todos puedan comenzar una segunda vida. A las afueras del pueblo costero, en una gran finca, los animales empiezan su metamorfosis bajo los cuidados de la protectora SOS Animales Salobreña hasta caer en los brazos de una familia que les brinda una oportunidad para olvidar el tiempo de calle o el maltrato que han sufrido.

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La organización adquirió hace un año la parcela para montar este refugio y encargarse, con la ayuda del Ayuntamiento, del servicio de recogida municipal. Ningún animal es sacrificado. Todos acaban con un nuevo dueño o se quedan a vivir allí con su amplia red de voluntarios y es el primer pueblo de Granada y el único del litoral con una tasa de 'sacrificio cero', mientras que en otras localidades si se encuentran un perro abandonado y nadie lo reclama en un plazo de cinco días tienen vía libre para acabar con su vida.

«Empezamos en septiembre de 2019 a trabajar junto con el ayuntamiento de Salobreña. Daniel Chaves, jefe de Medio ambiente y Ángel Coello, el concejal, querían una recogida de animales diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en otros municipios gestionados por  empresas privadas», cuenta Gema Palma (39 años de edad), encargada de la protectora. «Me fascinó la idea. Poder salvar a tantos animales con el apoyo del Ayuntamiento... Era lo que siempre habíamos soñado y a lo que hemos dedicado tanto tiempo», añade Gema.

En este año de camino han conseguido sacar adelante a unos 95 cachorros y 75 perros adultos. Además, la tasa de adopción es de un 80%, aunque por desgracia hay animales que –bien por tener enfermedades crónicas o conductas complicadas– se quedan con ellos. «Tenemos la gran suerte de contar con la colaboración de varias protectoras que nos ayudan en la labor de encontrar buenas familias para nuestros perros. Muchos viajan hacia Holanda o Alemania, otros se quedan por nuestro país», mantiene Gersom Muñoz, voluntario y marido de Gema. «En Europa están mucho más sensibilizados que nosotros sobre el maltrato animal y las adopciones son mayores que las compras», explica. La protectora tiene una cartera de contactos repartida por parte del viejo continente gracias a Saskia, una de las voluntarias de origen holandés que lleva el refugio y colabora con la protectora desde hace siete años.

Gema, nacida en Barcelona, llegó al Sur hace 15 años, pero desde que tuvo uso de razón se comprometió la defensa animal. Ahora se dedica en exclusiva al refugio e incluso su pareja y sus cinco hijos se han mudado cerca de la finca para estar junto a sus amigos de cuatro patas.

El Hormiguero

«Los cuidamos y le damos el mismo cariño que a nuestros hijos. A veces dicen que tienen envidia», bromean. «Cada vez que se va uno de los perros sentimos una mezcla entre tristeza y alegría. Sabemos que van a estar en buenas manos porque elegimos bien a sus dueños», dice Gersom. La protectora se ha encontrado con lo mejor de la especie humana, pero también con lo peor.

Colaboran con el Seprona en las tareas de rescate animal y recuperan animales heridos, maltratos y raquíticos. Dos de estos últimos perros son Manchitas y John. Llegaron en agosto desde Albondón. La Guardia Civil se los quitó a una mujer de 54 años de edad, que se enfrenta a un presunto delito de maltrato animal por la omisión de los cuidados básicos y elementales de los dos perros. Los canes estuvieron en el interior de una nave encerrados durante meses sin agua ni comida y en pésimas condiciones de higiene. En la poca agua que había flotaban cucarachas y otros insectos. Se quedaron en los huesos. Ahora, aunque desconfían de los humanos y ladran temerosos a los extraños que llegan al refugio, no están famélicos. Pueden correr y están atendidos a la espera de una familia.

Las historias de estos perros y el trabajo de la asociación ha llegado hasta la pequeña pantalla. Uno de sus cachorros –ya adoptado– que estuvo abandonado y atado durante más de dos semanas en el campo hasta que lo acogieron se convirtió por unos minutos en estrella televisiva al protagonizar la sección de Dani Rovira en el programa El Hormiguero.

Para recuperar y atender a estos animales cuentan con la subvención del Ayuntamiento.Daniel Chaves, jefe de Medio Ambiente, manifiesta que destinan alrededor de 20.000 euros a estas labores, presupuesto que sirve para atender a 160 perros de forma anual. El área de Medio Ambiente empezó a trabajar en 2008 para que el municipio fuera un lugar libre de maltrato y de sacrificio animal.

Han sido el espejo donde mirarse de muchos pueblos que intentan incluir sus medidas para atender las perreras municipales. Chaves se interesa por cada perro que recogen y llama a la protectora para preguntar por ellos. «Estamos muy ilusionados y queremos seguir con este proyecto. La idea es extenderlo y hacer campañas de castración económicas en el municipio para evitar camadas indeseadas y dar charlas en los colegios e institutos sobre conciencia animal para que poco a poco cale el mensaje en la sociedad y seamos mejores. Quizás algún día consigamos ser tan nobles como los perros», concluye.

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