Motril. Uno de los socorristas que se encargan de las actuaciones en las playas de la Costa. IDEAL

Los socorristas de la Costa Tropical han atendido más de 3.400 picaduras de medusa en lo que va de verano

Sólo en las playas de Almuñécar se han realizado más de un millar de curas por este tipo de incidencia en estos meses

REBECA ALCÁNTARA

Motril

Sábado, 18 de agosto 2018, 00:48

Las medusas traen a todos de cabeza. Los socorristas que se encargan del cuidado de las playas de la Costa Tropical bien saben que la presencia de estos invertebrados están siendo más que incómoda este verano. En lo que va de temporada ya se han realizado más de 3.400 atenciones por picaduras en nuestro litoral y aún quedan unas cuantas semanas de afluencia importante a la playa. Por mucho que se pida precaución a los bañistas para evitar el 'ataque', resulta prácticamente imposible evitar al 100% que haya turistas que puedan ser víctimas de unas medusas cuyo calambrazo ha amargado el día de relax a unos cuantos.

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Que la presencia de estos invertebrados está siendo esta temporada aún más habitual que otras no es nada nuevo. Ayer mismo la Mancomunidad de la Costa anunciaba en este periódico su intención de encargar un estudio pormenorizado al Aula del Mar, de la Universidad de Granada, para averiguar por qué hay tantas y de qué manera se puede luchar contra ellas. Los datos facilitados por los encargados de la vigilancia de las costas muestran que la preocupación de las administraciones es entendible.

Intervenciones

  • 1.000 Almuñécar. Más de un millar de intervenciones por picadura de medusa desde que empezó la temporada en el mes de junio en las playas del municipio, incluida La Herradura,

  • 500 En Motril han sido más de medio centenar. En playa Poniente ha habido 250 curas por la picadura de uno de estos invertebrados, mientras que en playa Granada la cifra ha alcanzado las 315. En Carchuna, han sido 714 y en Castell de Ferro un total de 341.

  • 786 intervenciones ha habido en Salobreña por picaduras de medusas, aunque también se han hecho otras intervenciones. Es una de las playas donde más actuaciones se han realizado.

Saber por qué aparecen será cuestión de tiempo, pero por ahora lo inmediato es que las personas que sufren sus picaduras reciban una atención adecuada para que el dolor y el malestar sea lo más llevadero posible.

Por playas, en Motril se han atendido en lo que va de verano a 250 personas por estas picaduras en la playa de Poniente y un total de 315 en Playa Granada. En el litoral de Almuñécar, incluyendo La Herradura, más de un millar de personas han necesitado la ayuda de los socorristas después de haber sufrido la picadura de una medusa. En Carchuna y Calahonda han sido 714 las atenciones, en Castell de Ferro 341 y en Salobreña, un total de 786. Más de 3.400 personas que se han enfrentado a una desagradable experiencia.

Otro tipo de asistencia

No han sido las únicas asistencias, aunque sí con diferencia las más numerosas. En Carchuna y Calahonda se ha realizado cuatro rescates desde la embarcación y una asistencia a un nadador. En Castell de Ferreo se atendió a dos nadadores y se rescató a otros cuatro y en Salobreña se rescató a otras tres personas que estaban nadando. Además ha habido mas de una decena de traslados al Hospital en lo que va de verano por diferentes tipo de incidencias. El papel de los socorristas ha sido clave en todas estas actuaciones registradas desde el inicio de temporada, el pasado 30 de junio.

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Los responsables de Serviola, la empresa que se encarga de la gestión de las playas de Salobreña, Carchuna, Calahonda y Castell, indican que el incremento de la presencia de estos invertebrados puede deberse al aumento de la temperatura del mar y a la desaparición de la tortuga boba, muy castigada por la pesca de arrastre, y principal depredador natural de las medusas.

Cuando los socorristas detectan que la presencia de estas medusas aumentan optan por colocar la bandera amarilla para pedir a los bañistas que tenga precaución. Es lo que ocurrió ayer mismo en gran parte de la costa granadina. Las playas de Carchuna, Calahonda, Castell de Ferro y Puerta del Mar arrancaron la jornada con este distintivo ante el importante número de medusas divisados en la orilla.

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Ante esta situación los bañistas tienen dos opciones, ser precavidos y evitar darse un chapuzón, a pesar del calor, o arriesgarse y entrar al agua pero observando en todo momento lo que tienen alrededor. En el segundo caso, es imposible estar del todo seguros de que no va a producirse algún accidente. Si es así, los socorristas serán los que mejor puedan ofrecer una primera atención para que las consecuencias sean lo menos desagradables posible.

Limpieza y banderas

Al mismo tiempo que los responsables de salvamento actúan, los barcos de limpieza que recorren el litoral también intervienen recogiendo medusas al mismo tiempo que se llevan la suciedad. El responsable del barco que limpia las playas más pequeñas de nuestra costa afirmaba hace unos días que había jornadas en las que habían llegado a recoger hasta 300 kilos de medusas. Algo que saben bien los atletas que participaron en el triatlón de Salobreña hace un par de semanas, en el que 144 de los 146 participantes sufrieron picaduras ante la presencia de un gran banco de medusas en la orilla de la playa. Una semana después, en Motril, quisieron repetir la complicada escena en la travesía a nado y uno de los barcos de limpieza, el más grande, recorrió la zona.

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Sin embargo, por mucho que pasen estos 'cazadores', las medusas siguen reapareciendo en las costas. No sólo en la de Granada, en Málaga estos invertebrados también traen de cabeza a las administraciones que al igual que en nuestra provincia también van a encarar un estudio para averiguar su procedencia.

En los últimos años la aparición de medusas en las playas se ha ido haciendo cada vez más habitual. Los datos de las atenciones de los socorristas y la preocupación de los responsables políticos demuestran que no es algo anecdótico. Da la sensación de que estas medusas han venido para quedarse, aunque también parece que podemos afirmar que habrá quien luche para que se alejen de nuestras costas y dejen a los turistas disfrutar de sus descanso igual. Habrá que esperar para ver quien vence en esta batalla. Por el momento, los socorristas combaten con atención sanitaria los tentáculos de estos visitantes, que antes de rozar a los bañistas, a lo lejos, pueden parecer incluso simpáticos.

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