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La norma no es nueva. No se puede guardar sitio dejando la sombrilla y otros enseres en las playas de Torrenueva Costa. Cada verano desde el Consistorio lo recuerdan. Y este aún más si cabe, teniendo en cuenta que las reglas para el uso de las playas son más restrictivas por la crisis sanitaria. Y las sanciones han vuelto este fin de semana.
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El alcalde del municipio, Plácido Lara, explica que, como cada verano, se ha advertido. Es más, este año tampoco se permite dejar las sillas a mediodía. Si te marchas a comer, te llevas todas tus cosas. Y las playas no abren hasta las 9.30 horas. El primer edil reconoce que, en general, los ciudadanos respetan las normas. Sin embargo, en los últimos días habían detectado que en algunas zonas se estaba empezando a incumplir esta norma. Por eso, vuelven las sanciones. El que deje su sombrilla para guardar un sitio al regresar se encontrarán sin sombra y con una multa por no respetar la ordenanza. El alcalde confía en que la gente tome conciencia.
Todo esto ocurre en el primer gran fin de semana de julio en la Costa. El nuevo veraneo empezaba ayer. Con normas distintas, hoteles a la mitad y mucha mascarilla en los paseos marítimos. A pesar del bochorno, la gente cumplía y llevaba la nariz y la boca tapadas hasta el momento de pisar la arena de la playa y disfrutar de un poco más de libertad. Eso sí, con distancia. 237.892 bañistas caben este año en las playas granadinas. Y aunque no hay semáforos ni contabilizaores, los auxiliares de playa y los policías locales se encargan de vigilar que la cosa no se desmadre. El fin de semana pasado, según apuntan desde el Ayuntamiento de Motril, casi se rebasa el límite en Playa Granada. Ayer por la tarde, en esta misma zona, se quedaron primero sin aparcamiento. Y después tuvieron que clausurar un tramo de esta playa alrededor de un par de horas. Los límites están ahí. Y ya sabemos que aunque parezca imposible, sí, se le puede poner puerta a la playa.
Las previsiones son este año difíciles de hacer. Tanto que ni la Dirección General de Tráfico se atrevió el viernes a hacer una estimación de desplazamientos para el inicio de la operación salida de julio. Dependería del comportamiento de los ciudadanos, dijeron. Entre que el mes empezó a mitad de semana, lo que escalonó los viajes, y que la crisis sanitaria está haciendo que las decisiones se tomen en el último momento resultaba complicado hacer un cálculo sin equivocarse. Y lo mejor para no errar siempre es no decir nada.
En la Costa granadina los hoteleros ya apuntaban el viernes que la previsión era una ocupación al 50%. Y eso es lo que se veía ayer en la playa. Todo como un poco a medio gas. Hay que tener en cuenta, también es verdad, que todavía es principio de julio, y que la cosa siempre se anima más en la segunda quincena de este mes con nombre propio y en la primera de agosto. Pero aún contando con eso, la jornada estaba descafeinada.
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Los decían también el viernes los chiringuiteros. Se va tirando y hay trabajo, pero no se puede comparar con lo que ocurría cualquier otro verano. La Costa llevaba unos cuantos años acostumbrada a batir récords, pero esta vez nadie piensa en superar la marca, con pasar la meta y seguir de pie estarán más que conformes, por el momento.
En general, en la arena se respetan las normas. Cada uno las suyas. Tienen que tener en cuenta los bañistas que según en qué municipio estén podrán hacer unas cosas u otras. Era una competencia municipal reglamentar el uso de las playas. Y los criterios no han sido del todo homogéneos. Así que suceden cosas como que en Almuñécar los niños puedan jugar con un balón si están dentro del agua, pero en Motril o Salobreña, la pelota de Nivea (si es que eso aún existe) se tenga que quedar este verano en casa.
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Los auxiliares pasean y vigilan. Y advierten a los usuarios cuando incumplen alguna norma. Como que no es recomendable usar palas para hacer castillos de arena. Que todo el mundo sabe que en la costa granadina, con todas sus bondades, que el castillo se quede en pie es tarea complicada. Pero que este año, además, no es aconsejable hacer el intento.
El distanciamiento, a ojo, se cumple. Aunque en Almuñécar se ven pocos de los conos que el Consistorio sexitano preparó para que los bañistas pudieran delimitar sus parcelas. Más bien cada uno se coloca donde entiende que no está incumpliendo. Y todo hay que decirlo, eso este año evitará que unos acaben sentados casi dentro de la sombra de otros. Una discusión que se evita, que siempre está bien.
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Se veía también más zona de arena ocupada. Está claro que más que nunca los madrugadores serán este verano los triunfadores en lo que a cercanía al mar se refiere. Habrá que ver si conforme avanza el verano la situación sigue tranquila, o si la llegada de más personas obliga, como en otros sitios, al colgar el cartel de completo en las playas. Algo que ahora mismo uno no tiene claro si es bueno, porque viene mucha gente, o malo, porque no pueden llegar todos los que querrían.
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