Administración agraciada en el sorteo de Lotería de Navidad. Javier Martín

Lotería de Navidad

El otro tres que da felicidad a un vecino discreto de la calle Depósito de Motril

La tienda de Comics Cañadu vende un décimo de máquina agraciado con el segundo premio de la Lotería de Navidad

Viernes, 22 de diciembre 2023, 14:22

En el barrio de la antigua comisaría de Policía de Motril, en la calle Depósito, todos los años juegan el mismo número, el 1.703. El padre de Javier Quero, actual dueño de la tienda/quiosco de chucherías, Comics Cañadu, un establecimiento reconvertido hace trece ... años en administración de lotería, traía siempre esos décimos desde Barcelona para repartirlos entre los vecinos. Los motrileños saben que ese tres final trae suerte, aunque no haya sido el que juega la mayoría por tradición. Quero ha vendido un décimo de máquina del segundo premio, el 58303 que solo por hoy se consagra como el tres favorito en el barrio.

Publicidad

Euforia, cava y sidra para celebrar la fortuna de ese motrileño discreto que compró el número y aún no ha asomado la patita en la tienda para descubrirse. Varias vecinas ya lo han celebrado por él y se han bajado en pijama con botellas de bebidas espirituosas para brindar con los loteros.

«Es una felicidad muy grande repartir el segundo premio. Hace unos años repartimos un cuarto premio y que siga la racha», arranca a hablar el lotero. «Aún no sabemos con exactitud cuantos decimos se llevaron, creemos que solo uno agraciado con 125.000 euros. Fue en el terminal mixto y los premios están así más repartidos, es favorable sacar un número por la máquina», cuenta.

La suerte se queda normalmente en el barrio. «Vendemos a gente del vecindario normalmente y a algunos visitantes en verano. Pero yo creo, me suena de que el afortunado es del barrio, de los nuestros», especula. «Una pena que no fuera nuestro número, el que jugamos casi todos, pero por lo menos alguien va estar contento», sentencia.

Publicidad

Las vecinas vitorean y gritan «viva la calle Depósito». Bromean con que han sido ellas las agraciadas y reparten en vasos de plástico la sidra, mientras informan de la buena nueva a los que llegan con la compra o del curro. «Se va a notar en el barrio. Estoy segura. Ayer Zambomba flamenca y hoy esto, somos los mejores», dice una señora con una alegría inmensa.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad