Vecinos de una calle de Motril denuncian que llevan más de dos meses sin farolas

Desde el Ayuntamiento de Motril reconocen que existe el problema y emplazan a los afectados a la próxima semana para reparar la avería en el alumbrado público. Estos días, señalan, andan reparando los desperfectos que ha causado el paso de la borrasca Gloria por la ciudad y no dan a basto. En cuanto esto esté solventado, el siguiente paso será ir a la Tirso de Molina y volver a encender las farolas.

A pesar de las promesas del consistorio, los vecinos no terminan de fiarse. «Hemos llamado decenas de veces. Hemos presentado escritos. Y la respuesta siempre es la misma, que en unos días vendrán. Pero nunca llegan», lamenta una de las afectadas.

Los residentes en la zona indica que entendieron que en diciembre, con la organización de las actividades navideñas, resultara complicado para el Ayuntamiento arreglar la luz de la calle. Pero su comprensión se ha agotado. «Casi estamos en febrero y nada. Nosotros pagamos nuestros impuestos igual que el resto de motrileños y tenemos derecho a tener los mismos servicios».

Una de las mujeres que viven en la vía tiene movilidad reducida. Para ella esta falta de luz es aún más desesperante. Pero para el resto la situación también cansa. La noche es más oscura en esta calle que en el resto de la ciudad. No es la primera vez que una farola se funde en el barrio, pero en otras ocasiones han estado reparadas en dos o tres semanas, siempre según la versión de los afectados, que no entienden esta tardanza.

Desde el consistorio motrileño, en cualquier caso, reiteran que el arreglo se hará en los próximos días y que si no se ha hecho antes es porque no ha habido medios para llevarlo a cabo. Los vecinos afectados esperan que realmente comiencen febrero sin tener que llegar a tientas a sus casas cuando cae la noche.

Problemas de vivir en una calle con dos nombres distintos

Los vecinos de Tirso de Molina no saben muy bien qué dirección poner en el remite cuando envían una carta. La verdad, no vamos a engañarnos, cartas se mandan ya pocas. Pero todavía se reciben unas cuantas, la mayoría, de cuestiones importantes. Y ahí tienen un problema. En la placa colgada en una de las paredes de esta vía se lee: Pedro Calderón de la Barca. Pero en el callejero local, reza que esta calle tiene otro nombre. Hace seis años que los residentes luchan para conseguir que el Ayuntamiento arregle el problema, pero afirman que no lo hace. Han tenido algunos problemas, sobre todo cuando hay un cambio de cartero y llega uno que los conoce ni a ellos ni a su peculiar problema.