La Virgen del Carmen llena los corazones de la Costa

La Virgen del Carmen llenó ayer los corazones de la Costa. Tras dos largos años de espera por culpa de la pandemia del coronavirus, salió en procesión y vecinos y visitantes vieron cumplidas sus altas expectativas. Ocurrió en el barrio de Los Marinos de Almuñécar, donde la expectación por volver a procesionar a la Virgen del Carmen después de dos años fue máxima.

De igual forma sucedió también en el barrio motrileño de Varadero. Todo comenzó con la misa a las 12.30h de ayer sábado. Fue en los aledaños de la Lonja, edificio que ha sido derribado para construir uno nuevo, de forma que se instaló una carpa para la celebración.

Los responsables de la Hermandad de la Virgen del Carmen de Varadero explicaron a este periódico las sensaciones de recuperar la tradición dos años después. « Ha estado muy bien. La gente estaba muy emocionada, muy entregada a la Virgen. Siempre se está, pero ahora hay más ganas de Ella». Posteriormente, ya por la tarde, a las 20.30 comenzó la procesión marítima y terrestre. «Es un recorrido simbólico por el Puerto de Motril y luego se embarca. Por el agua llega a Playa Granada. Es un recorrido corto pero va muy despacito. Estuvo una hora larga en el mar y volvió ya a la Parroquia».

Fueron entonces los momentos más intensos e íntimos. «La gente sabe ya que van a encerrar a la Virgen en la parroquia y es el momento máximo. La Virgen del Carmen es muy especial, es muy cercana a la gente».

El barrio de Los Marinos de Almuñécar y la Hermandad de la Virgen del Carmen ultimaron ayer los preparativos para volver a sacar a la calle en procesión a la Patrona del Barrio y los marineros. La expectación era máxima y el gozo fue superlativo al volver a ver en las calles y en el mar a la querida Virgen del Carmen, lo que sucedió a partir de las 18 h.

La salida fue desde la capilla del citado barrio hacia la avenida del Mediterráneo y la avenida Amelia Sánchez de Alcázar. Después puso rumbo hasta la avenida Mar de Plata para retornar por el paseo San Cristóbal hasta el Rincón de China, donde se ofició la misa. Después de la ceremonia se embarcó a la Virgen para navegar por la playa San Cristóbal hasta los Peñones del Santo y volver de nuevo hasta Rincón de la China (frente edificio Chinasol). Antes del desembarco, estaba previsto que un castillo de fuegos artificiales iluminara la noche sexitana. Posteriormente, retornó de nuevo a la capilla. Uno de los momentos más destacados tuvo lugar cuando el trono de la Virgen se giró de cara al barrio para que la vieran los vecinos que no pudieron salir.

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