Arrollamiento a una pareja y su bebé en el Zaidín

«Creíamos que era un yihadista y quería atropellarlos a todos»

Raquel es una de ellas. Aún está impactada. «Ha sido lo más duro que hemos presenciado en nuestras vidas», sentencia. Ella viajaba en el coche con su marido y sus hijos por la calle Andrés Segovia, en dirección contraria al presunto autor del arrollamiento. El semáforo se puso en rojo y observaron, como cualquiera que se distrae observando a viandantes desconocidos, a una pareja que empujaba un carro de bebé. Al lado, una señora paseaba a su perro. Una escena común de un viernes cualquiera antes de la hora de cenar. Hasta que entró en escena un coche que iba «flechado».

«Llegó rapidísimo y chocó por detrás con otro vehículo que estaba parado en el semáforo. Lo más sorprendente fue que, en lugar de parar a hablar con el otro conductor, de repente dio un volantazo, aceleró y lo adelantó subiéndose a la acera a toda velocidad. Creíamos que era un yihadista y quería atropellarlos a todos», relata. También recordaron en aquellos segundos el arrollamiento en un mercadillo navideño alemán que dejó cinco muertos y 200 heridos hace tres semanas.

Lo que vino a continuación lo define como «una locura terrible». «Arrastró el carro del bebé varios metros y solo se paró cuando se estrelló con una pared», manifiesta Raquel, que observó el suceso perpleja junto a su familia. «Era una escena de terror, todos tirados en el suelo. Pensaba que había matado tanto a la pareja como al bebé», agrega.

Los gritos cortaban la respiración. La madre exclamaba: «¡Mi hijo!¡Mi hijo!». Ni él ni su pareja podían levantarse del suelo, aunque aparentemente no se veía sangre a su alrededor. Testigos del suceso comenzaron a llegar para atenderlos. Una señora cogió al bebé y lo arropó con su abrigo. Su estado de salud aparentemente era bueno. Entre tanto, Raquel llamó al servicio de Emergencias 112 para pedir ayuda sanitaria. Su marido salió del coche y también se acercó a ayudar.

Una vez pasado el susto inicial, Raquel y su pareja ponen el foco en la «extraña» actitud del conductor, de unos 78 años. Aunque en un principio fuentes sanitarias informaron de que había cinco personas en ese coche, varios testigos coinciden en que viajaba solo con una mujer de copiloto. Ambos iban «muy bien vestidos» y con una actitud «serena» pese a la desgracia que acababa de ocurrir. «Pensábamos que sería un niñato y nos sorprendió que fuese un hombre mayor. La sensación que nos dio es que quería darse a la fuga por la manera que aceleró, que sabía lo que hacía. No sabemos si estaba borracho, pero en cualquier caso su actitud no fue normal», agrega Raquel.

En la misma línea se pronuncia otro testigo consultado por IDEAL, que insiste en que el conductor «no hizo por frenar, todo lo contrario, aceleró». «Fue demasiado extraño. No se detuvo hasta chocar con el muro. Una total locura… Solo espero una pronta recuperación para esa familia, aunque es algo que les marcará para siempre», agrega. También a él se le vinieron a la cabeza atropellos mortales del pasado relacionados con el terrorismo.

Por último, Raquel recuerda que pudo haber más heridos, e incluso muertos, y más teniendo en cuenta que la acera de la calle Andrés Segovia es «bastante ancha».