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Crónica de sucesos en Granada: los cuatro asesinatos de las 48 horas más sangrientas de la ciudad

Las 48 horas más negras de la historia de los sucesos de Granada

Crónica en negro ·

Un tiroteo con una chica de 15 años fallecida, un doble asesinato en Arabial y el coche bomba de ETA que mató a Domingo Puente marcaron el inicio de 1997

M. Victoria Cobo

Granada

Lunes, 20 de enero 2020, 00:55

Madrugada del domingo 9 de febrero de 1997. Se oyen disparos en la calle Modesto Cendoya. Un tiroteo acaba con la joven Saray Carrera, de 15 años, muerta en el suelo. Pocas horas después, sobre las 10 de la mañana, los efectivos del Cuerpo de Bomberos acuden a sofocar un incendio en una vivienda de la calle Arabial. Cuando logran apagar las llamas, encuentran a dos mujeres asesinadas en el interior del piso. Los agentes de la Policía Científica estaban terminando de recoger indicios en el distrito Norte cuando tienen que desdoblarse para acudir al Centro de Granada. Tras una ardua recogida de pruebas en un piso lleno de agua y hollín, arrancan una investigación que tuvieron que interrumpir a las pocas horas. A las 7 de la mañana del día 12 de febrero, apenas 48 horas después de la muerte de la chica en Norte, un coche bomba explota en el Jardín de la Reina. Acaba con la vida de Domingo Puente, peluquero de la base Aérea de Armilla.

La ciudad vivía tres días de pesadilla y los Cuerpos de Seguridad se multiplicaban para garantizar la seguridad de la población y al mismo tiempo recoger indicios e investigar a los culpables de las cuatro muertes violentas. Probablemente los más oscuros de la crónica negra de la ciudad.

Arrancaba aquella semana aciaga con un fuerte tiroteo que sobresaltaba al distrito Norte. Los celos y el enfrentamiento entre dos familias fueron el detonante. La joven Saray Carrera Mendoza, de 15 años, había estado con unos amigos en el Sacromonte horas antes. Al parecer, un antiguo novio no aceptaba la situación y no dudó en recibirlos en el barrio a disparos. Según cuentan las crónicas de aquel año, la chica se interpuso para tratar de evitar que dispararan, pero recibió un impacto en el lado derecho de la cabeza que resultó letal. Hubo otros tres heridos de gravedad. Uno de ellos trató de huir en una motocicleta del lugar de los hechos. En aquel lugar se recogieron numerosos restos de disparos de arma corta y arma larga. Al culpable del disparo mortal se le detuvo a las pocas horas.

Un trozo de huella

Tras el fuerte tiroteo registrado en Almanjáyar, fue necesario reforzar la presencia policial tanto en el barrio como en los hospitales en los que estaban ingresados los heridos. Policía Científica acabó la recogida de indicios al amanecer del día 9 de febrero. Llegaban a las dependencias policiales cuando los requirieron de nuevo para acudir a un piso de Arabial.

Bomberos había recibido un aviso de incendio y al llegar al piso encontraron en su interior dos mujeres con claros signos de violencia.

Lo que encontraron los investigadores en aquel piso no era un escenario sencillo de inspeccionar. El incendio, que después se supo que había sido provocado, había impregnado la vivienda por completo de hollín y la acción de los Bomberos dejó el suelo lleno de agua, imposible sacar una huella. Recuerdan los investigadores que no fue fácil encontrar pruebas para dar con el culpable, aunque supieron 'leer' lo que había podido pasar. Para empezar, puertas y ventanas estaban intactas, no habían sido forzadas. Las víctimas eran Francisca Bolívar, de 78 años, y su hija Victoria Raya Bolívar, de 43. Ambas habían sido apuñaladas, las dos tenían cubierto el rostro con ropa. Esos dos indicios apuntaban a que pudiera ser un conocido de las mujeres. Cajones y muebles estaban revueltos, como si alguien hubiera estado buscando dinero u objetos de valor. Pero los restos del incendio habían borrado cualquier vestigio. Sin embargo, en los cuerpos había algo más. A la mujer de 78 la habían desnudado de cintura para abajo y le habían introducido un objeto en la vagina, un cornetín de latón que faltaba de una de las paredes. En aquel objeto estaba la única huella que se podía sacar del escenario. El grupo de Homicidios empezó sus pesquisas, mientras los de Científica tiraban de imaginacion para recuperar aquella prueba.

La urna apuntó al asesino

Y acudieron a una urna, de las que se usan en las votaciones, para que el cianocrilato revelara un trozo de huella. Aquel vestigio les llevó a un vecino del inmueble, pariente lejano de las víctimas y ya fichado por otros actos delictivos. Al parecer, llegó a la casa preguntando por su madre. Una vez dentro acabó con la vida de la mujer de más edad, y cuando llegó la hija, pocos minutos después, la mató usando un cuchillo de la cocina. Para borrar las evidencias metió páginas de periódico bajo los colchones y prendió fuego al piso.

Todo el día 10 de febrero lo pasaron los agentes recabando indicios para resolver los dos crímenes. Estaban aislando la huella hallada en el cornetín cuando a las 7 de la mañana del día 11 volvió a estremecerse la ciudad. Estallaba un coche bomba en Jardín de la Reina. Los agentes que vivieron aquellas primeras horas 'in situ' recuerdan las imágenes de los vecinos en pijama, levantándose de la cama en sus viviendas, que habían perdido la fachada con la explosión.

El 'comando Andalucía' de ETA actuaba en Granada. Una carga de entre 40 y 50 kilos de explosivo partió en dos la furgoneta que recogía al personal de la base y en la que viajaba Domingo Puente, un civil que trabajaba allí como peluquero.

Los etarras activaron a distancia el detonador del coche bomba, dejando ocho heridos de diversa consideración, un fallecido y un escenario de caos y confusión. Dos días pasaron los agentes recogiendo pruebas en aquel escenario. Se encontraron indicios en las terrazas de otros pisos de la urbanización de la fuerza de la explosión. En las primeras horas hubo que trabajar con celeridad porque temían que se hubiera colocado un segundo coche bomba, una dinámica que usaron en este tipo de atentados. José Luis Barrios, uno de los detenidos por este asesinato, está preso aún en el centro penitenciario de Albolote.

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