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Yenalia Huertas
Granada
Miércoles, 3 de marzo 2021, 00:20
Antonio fue apuñalado mortalmente el 25 de diciembre pasado. Fue su última Navidad. Tenía una relación con la expareja del presunto responsable de su muerte, Alberto, que había rehecho a su vez su vida con la expareja del propio Antonio. Una atípica situación que se podría resumir en que eran dos 'ex' con dos 'ex' cruzados entre sí; un cuadro amoroso en el que se enmarcó aquel sangriento crimen.
Los forenses, ya en la mesa de autopsias, observaron en el cuerpo sin vida de Antonio M. S. tres heridas, tres puñaladas: una en la mandíbula, otra en el brazo izquierdo y otra en el pecho. Esa, la del tórax, tuvo una certera trayectoria horizontal: le alcanzó el corazón. Nada pudieron hacer por él tras ingresar (llegó a tener pulso) en el servicio de Urgencias del Hospital Clínico del PTS. Tenía 34 años. Su fallecimiento se certificó, tras intensas maniobras de reanimación, a las 7.30 horas. Sobre el arma blanca homicida, se cree que fue un cuchillo o navaja (instrumento cortopunzante con hoja plana con un solo borde cortante), que no apareció. «Si el arma estaba lo suficientemente afilada, no requirió de excesiva violencia», concluyeron los forenses.
Todo apunta a que, presuntamente, el autor material de los pinchazos fue Alberto P. M., su oponente amoroso. Alberto estaba con la 'ex' de Antonio. Y, según esta, Antonio estaba asimismo con la 'ex' de Alberto.
En el escenario del crimen (el umbral de la puerta de la casa de la exmujer de Antonio), se halló un machete «espartano» (con dientes de sierra y 15 centímetros de hoja) y un paraguas con el mango separado y extremo puntiagudo. Las fotos de ambos objetos figuran en el expediente judicial, si bien los propios forenses descartan que fuesen los usados para causar la muerte a Antonio, «por las características de las heridas».
Aquel fatídico día, Antonio y Alberto se vieron las caras tras haberse cruzado previamente ambos una serie de mensajes de WhatsApp. Todo consta en el sumario del caso, que se tramita en el Juzgado de instrucción número 3 de Santa Fe.
IDEAL ha podido consultar parte de la documentación, en la que consta cómo un monedero que Alberto habría cogido a su actual pareja y un puñetazo que habría dado en su vehículo detonaron aquel desencuentro que acabó en apuñalamiento mortal. El informe forense calificó la muerte de Antonio de «violenta homicida».
Según se desprende del minucioso atestado que elaboró la Guardia Civil tras el luctuoso suceso –y siempre sin perder de vista que la investigación judicial está en sus albores y que queda mucho camino procesal por andar–, Alberto acudió a la casa donde estaba Antonio, en la calle Selva Florida del municipio de Purchil-Vegas del Genil, tras aquel intercambio de mensajes telefónicos.
«De las manifestaciones de testigos y objetivamente de la inspección ocular de los hechos, se desprende que la víctima recibe una primera acometida de su agresor que le alcanza en el pecho en el momento de abrir la puerta y sin prácticamente capacidad de respuesta alguna», indica el atestado elaborado por la Policía Judicial de la Guardia Civil.
La defensa de Alberto, en cambio, tratará de demostrar que Alberto fue recibido con el machete y que habría actuado en legítima defensa. Las fuentes judiciales consultadas precisaron que este está representado por el penalista Rafael López Guarnido y que, previsiblemente, el caso acabe tramitándose como un procedimiento con Tribunal del Jurado.
El presunto homicida también resultó de hecho malherido y acabó en el hospital de Traumatología de Granada «muy grave». Y terminó siendo derivado a los expertos en cirugía torácica del Hospital Virgen de las Nieves.
Las referidas fuentes indicaron que los familiares de la víctima se han personado como acusación particular y que estarán representados por el también penalista Solimán Ahmed. El presunto autor del crimen ya espera entre rejas (prisión preventiva) el juicio. El juzgado santaferino que ha asumido el esclarecimiento del caso incoó diligencias previas (investigación por delito) el 28 de diciembre.
De su atestado –y sin perjuicio de lo que a lo largo de la instrucción se vaya demostrando–, se desprende que la Guardia Civil cree que una vez que la víctima ya se encuentra herida «letalmente», Antonio entra en el domicilio «y se arma con un machete de grandes dimensiones» y sale, «y entre ambos se inicia una reyerta con un intercambio de acometidas». Según describe la Benemérita, en el fragor del desencuentro, por un lado, «se encuentra herido de consideración el presunto autor del homicidio» y, por otro, Antonio (luego fallecido) es de nuevo alcanzado en el rostro y en el hombro con el supuesto cuchillo. El superviviente de aquel duelo al alba, Alberto, abandonó el lugar «a la carrera».
En los arduos trabajos realizados por los investigadores para lograr reconstruir lo ocurrido, se localizaron varios testigos. Entre ellos, alguien que escuchó decir al presunto homicida «sal, maricón», al llegar a la vivienda de la calle Selva Florida.
Este testigo admitió que «no llega a ver arma alguna», pero relató a la Guardia Civil que Alberto, supuestamente, habría lanzado una puñalada a Antonio, tras la que este entró en el domicilio, y salió con el machete, produciéndose una pelea «en mitad de la calle», mientras una mujer, una tal V. se trataba de interponer entre ambos. Era la actual pareja de Alberto desde hacía unos cuatro meses y la 'ex' de Antonio, con quien había estado 20 años y tenía cuatro hijos en común.
Ella, en su declaración como testigo, habla de un «forcejeo». Corrobora que Alberto llevaba «un cuchillo» y que Antonio, la víctima, cogió «un paraguas cercano» que, supuestamente usópara golpear a su oponente.
La hermana de la víctima aseguró, por su parte, que no era la primera vez que Alberto había «amenazado de muerte» a su hermano Antonio y apuntó como inductora a la 'ex' del finado.
Alberto, el presunto homicida, estuvo ingresado hasta el 4 de enero recuperándose de sus heridas. En esa fecha se le dio de alta, se le detuvo y se le envió al centro penitenciario.
Cuando V. declaró ante la Guardia Civil detalló que esa noche, sobre las tres de la madrugada, había avisado a su 'ex', el fallecido, de que Alberto , su actual pareja, había dado un puñetazo en su coche.
Fue ella la que dijo, según consta en los documentos judiciales consultados por este diario, que la exmujer de Alberto «en la actualidad parece ser la pareja de Antonio», si bien al mismo tiempo, reconoció que «no lo podía asegurar». Sobre la eventual relevancia de este detalle, que enmarcaría este crimen en un cuadro amoroso, el juzgado tendrá la última palabra.
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