Eduardo Ramírez, juez de paz de Albolote, y Felipe Leyva, secretario del juzgado de paz de Albolote, son los que facilitaron el casamiento de Arturo y Tere, primera pareja que contrajo matrimonio en la prisión granadina este año. Ese día hubo otra boda, algo extraordinario, ... puesto que al año suele haber «tres o cuatro». Desde que lo solicitan hasta que se celebran generalmente pasa, mínimo, un mes.
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El proceso es el siguiente. Los internos lo piden a través de asuntos sociales del centro penitenciario. Se aporta la documentación necesaria -como el certificado de nacimiento- y lo remiten al registro civil de Granada, que realiza una audiencia reservada, es decir, una especie de investigación para asegurarse, por ejemplo, de que no lo hacen obligados o no se trata de un matrimonio de conveniencia. Una vez que están todos los trámites, se fija un día y se le comunica a todos los interesados. El acto en sí no dura más de 15 minutos.
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