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Jairo, de Cómic Store en la calle Obispo Hurtado de la capital. Alfredo Aguilar

Granada ante su confinamiento perimetral: la cuesta de enero más empinada

Las nuevas medidas que han entrado en vigor agudizan más los problemas económicos de los comercios y la hostelería

Miércoles, 20 de enero 2021, 00:19

La cuesta de enero de este año está más empinada que nunca para los sectores más afectados por las restricciones de la pandemia, comercios no esenciales y hostelería. Las medidas para evitar los contagios de la pandemia la han inclinado hasta convertirla, en muchos casos, en una pared vertical. Muchos negocios de hostelería del Área Metropolitana que viven de los clientes de la capital granadina sopesan el cierre.

Dentro de Granada, el tradicional comercio del Zaidín encara esta nueva fase con la moral alta y las ventas muy bajas al no poder contar con clientes de toda la vida de las localidades limítrofes. En Doctores, hablan incluso de ruina total y con pérdidas de hasta el 90% de las ventas.

La Federación de Provincial de Comercio cifra las pérdidas esta campaña interruptus de rebajas en un 50%que en muchos casos puede llegar al 70%. Las grandes superficies se asfixian al no tener el aire de su clientela.

Hay malas vibraciones y sensaciones repetidas que van desde la incertidumbre al desasosiego. Pero también de la responsabilidad al trabajo duro y sacrificado para mantener el negocio, para no arruinar una vida profesional y defender la tradición del comercio y la hostelería.

Un ecosistema paralizado

La cuestión es que el ecosistema económico de Granada y su Área Metropolitana queda herido de muerte con el confinamiento perimetral de la capital y de muchas de las localidades periféricas. El Área Metropolitana es una suerte de megalópolis con más de medio millón de personas que viven, trabajan, compran y socializan en ella. Si una parte sufre, lo hacen todas las demás.

Lo explica muy bien Marcos Pedraza, chef del restaurante Ruta del Veleta, ubicado en Cenes de la Vega. «Al estar fuera de Granada capital, el cierre nos afecta de forma exponencial». Entiende que las medidas para unos serán justas, pero no para otros. «Así que aquí andamos. No vamos a quejarnos porque no vale de nada. Hay que seguir trabajando. Estamos en 'tercero de pandemia' y tenemos que estudiar todos los días porque todo cambia cada cinco minutos».

Esta resignación vuela de Cenes de la Vega hasta Armilla. «Como ya nos afectó hace un mes y medio el anterior confinamiento perimetral, creo que nada va a cambiar. Es un desastre total para todo el mudo. Para todo el sector empresarial. Esto no hay quien lo aguante», explican en el Centro Comercial Nevada.

«Tenemos el centro en perfectas condiciones, con todas las medidas sanitarias, pero estamos todos hartos. Lo peor es la incertidumbre que se respira en el ambiente. No sabemos cuándo se va a terminar todo esto».

Francis en su cafetería; Amadeo en su comercio de ropa y Fernando en su tienda de golosinas. Todos, en el barrio del Zaidín. Alfredo Aguilar
Imagen principal - Francis en su cafetería; Amadeo en su comercio de ropa y Fernando en su tienda de golosinas. Todos, en el barrio del Zaidín.
Imagen secundaria 1 - Francis en su cafetería; Amadeo en su comercio de ropa y Fernando en su tienda de golosinas. Todos, en el barrio del Zaidín.
Imagen secundaria 2 - Francis en su cafetería; Amadeo en su comercio de ropa y Fernando en su tienda de golosinas. Todos, en el barrio del Zaidín.

Los barrios de Granada

Francis Prado, de la Asociación de Comerciantes y Autónomos del Zaidín reconoce que «el cierre perimetral nos va a afectar». Añade que «hay mucha gente que viene de la cornisa metropolitana y que tiene costumbre de comprar el pan en la Avenida de Dílar o comprar los zapatos en la calle Palencia. Y quiere seguir comprándolos pero no puede».

Al igual que Francis Prado, Amadeo, del grupo Lechuga, en la Avenida de Barcelona, sostiene que «tenemos una gran afluencia de clientes de los pueblos colindantes del Área Metropolitana, así que notaremos el cierre perimetral». Eso sí, ambos defienden el apoyo que reciben de los vecinos del Zaidín. «La gente hace fuerza por las tiendas del barrio». Fernando, con un comercio de golosinas en la Avenida de Dílar, coincide con Francis y Amadeo:«Sinceramente, se nota un poco el tema de que nos encierren, pero sí te puedo asegurar que la gente del Zaidín es muy apañá y nos compra».

En la Federación Provincial de Comercio, su presidenta, María Castillo, coincide en que «el sector está afectado por todo. Y el cierre perimetral afecta porque viene menos gente del Cinturón y disminuye la posibilidad de venta». Además, explica que el periodo de rebajas ha sido interrumpido, «y que las pérdidas van a ser del 50% hasta el 70%».

En Cómic Store en la calle Obispo Hurtado, las pérdidas van a ser más leves, pero considerables:«Que reduzcan la movilidad nos afecta un montón. Tenemos muchos clientes de Maracena, Armilla, La Zubia, o incluso de Motril que no pueden venir a recoger sus tebeos reservados. Supone al menos un 30%menos de ventas».

Y en Doctores, entre el confinamiento perimetral y que solo se puede acompañar a un paciente en los hospitales, las ventas están de capa caída. Santos Gómez, presidente de los comerciantes del barrio, lo demuestra con un solo ejemplo:«Antes hacíamos caja a diario. Ahora, cada dos semanas. Hemos perdido el 90% de la clientela».

El problema es que en este nuevo cierre perimetral la experiencia del anterior, en el mes de noviembre pasado, no sirve de gran cosa. Toca aguantar, reinventarse para el futuro y esperar a que amaine la tormenta de una pandemia que ya se está haciendo demasiado larga para todos. Yeste mes de enero, demasiado empinada.

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