El Hotel Alhambra Palace reconstruye su historia con un libro de huéspedes ilustres

El hotel Alhambra Palace, el segundo en activo más antiguo de España, reconstruye el listado de huéspedes ilustres que lo han visitado durante más de un siglo de historia e incorpora a su libro de oro los nombres de la realeza, presidentes, actores o deportistas que han pasado por sus instalaciones.

Este emblemático hotel granadino, un edificio protegido por la Unesco y vecino ilustre del monumento nazarí del que toma nombre, celebra su más de 105 años de historia con una reconstrucción de su memoria convertido en un libro de oro de visitantes que repasa los nombres de sus huéspedes ilustres.

Científicos, deportistas, músicos y cantantes, representantes de casas reales y políticos componen la lista de personalidades que durante estos años han elegido hospedarse en el Alhambra Palace.

El hotel ha detallado en un comunicado que la lista de clientes ilustres sigue creciendo gracias a la labor de trabajadores y empleados ya jubilados, que han aportado anécdotas o fotografías de clientes como Douglas Fairbanks, actor de "Robin de los bosques", o Mary Pickford, una de las principales figuras del cine mudo estadounidense, que el tiempo había enterrado.

El detallista libro de oro del hotel ofrece un recorrido por el paso del tiempo en estas instalaciones, el hotel que soñó el Duque de San Pedro de Galatino para ofrecer un alojamiento de lujo a los ilustres visitantes de la Alhambra, hace un siglo unos 18.000 al año.

Desde su inauguración, en sus habitaciones han dormido personajes tan dispares como el Dalai Lama y Lenny Kravitz, Viggo Mortensen y Stephen Hawking, Federico García Lorca y Orson Welles, y Brad Pitt, Henry Fonda, Glenn Ford o Eva Perón.

Por sus salas han pasado casi todos los presidentes de España y otros muchos de Francia, Venezuela, Finlandia o Indonesia, embajadores, príncipes y reyes, el Papa Clemente, Severo Ochoa, el banquero Rockefeller o Harrison Schmitt, el último hombre que pisó la luna con el Apolo 17.

Y junto a los famosos, los clientes anónimos que toman café una tarde cualquiera en las mesas que usaron antes Vargas Llosa o Alberti, Lola Flores o Almodóvar.