El día siguiente

No elegiste, si es que eso se elige un buen día , no, aunque no te lo reprocho, yo sé lo que cada año te traías, en estas fechas, con los dulces, comidas, regalos, y la ilusión a pesar del frío de montar esas cenas, para todos con villancicos, y palmas, y besos y brindis, te encanta la carita de los niños y que tiraran de tu barba, y te llamarán papá Noel, nada era mucho para ti, la infancia sentencias es la patria del hombre, y mirando la botella de vino tomabas una copa carrasposa y decías pruébalo es bueno, aunque no te guste el vino que vaya gustos raros te vino a dar Dios, estas fechas te hacían generoso, como en otro tiempo, aunque fuera con el dinero de otros, bien se, que en tu corazón había un ángel y mucho miedo a volver a pasar hambre, estaba más que justificado tú que fuiste, rico, y pobre, y rico y pobre, le habías tomado manía a eso de pagar, pero no por roñoso... si no por cautela, al fin la vida colocó un cartel de cuidado en tu cabeza y le costó muchos años a ti te gustaba la alegría de los niños, eran libres, eran ingenuos, había que protegerlos de nosotros los adultos y dejarlos reír, y bailar y cantar, y montarlos a caballito, darles garrapiñadas, consejos en el oído para hacerles cosquillas, y dejarlos mirar todos los belenes del mundo, y las estrellas, porque si algún sentido tenía la Navidad eran los niños. Para ti papa al niño que nunca dejaste de ser, a la Navidad que miro con ilusión cada año contigo en mi corazón, donde quiera que estés.