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El equipo de arqueólogos ha comenzado hoy los trabajos con el georradar
La búsqueda de la fosa de Lorca se amplía

La búsqueda de la fosa de Lorca se amplía

Los arqueólogos, que hoy inician los trabajos con el georradar, han aumentado el área para «no dejar ninguna zona sin estudiar»

Pablo Rodríguez

Martes, 27 de septiembre 2016, 10:13

El equipo de arqueólogos encargado de la búsqueda de la fosa de Federico García Lorca en Alfacar ha ampliado el área inicialmente acotada para profundizar en el estudio de la zona en la que se están desarrollando las excavaciones, conocida como el Peñón del Colorado.

Una semana después del comienzo de los movimientos de tierra, el grupo ha concluido el vaciado de las capas superiores al nivel natural del terreno y ha iniciado una segunda cata para «no dejar ningún punto muerto, ninguna zona sin estudiar».

Esta segunda cata se encuentra situada justo entre el área excavada en 2014 y la zona acotada desde el lunes pasado. Es ahí donde los arqueólogos están trabajando con el fin de estudiar mejor la estratigrafía y entender las características del terreno.

En esa labor, es fundamental la aportación del geólogo José Luis Peña. El profesor de la Universidad de Zaragoza se sumó al equipo el pasado sábado y desde entonces ha estado centrado en «el estudio de los diferentes estratos y de todas las formaciones geológicas y añadidas durante la construcción del campo de fútbol».

La información recabada en los últimos días ha permitido a Peña localizar con exactitud los límites de lo que fue campo de tiro durante la Guerra Civil. El terreno, lugar de fusilamiento de Federico García Lorca, Dióscoro Galindo, Francisco Galadí y Joaquín Arcollas según la tesis del investigador Miguel Caballero, desciende desde el Peñón del Colorado con una pendiente de entre 10 y 12 grados en dirección a la carretera que une Víznar y Alfacar.

A pocos metros de la vía, el terreno baja abruptamente en lo que correspondería, según José Luis Peña, «al límite de una vaguada que se extiende también en lateral y que alcanza hasta el lugar que ocupaban los olivos en la época, al fondo, y que sirven como punto de referencia».

Los investigadores han hallado también pistas de la que podría ser la vía de acceso al campo de instrucción. Estaría situado en el centro de la primera de las catas. «Hay una línea oscura, unas gravillas muy finas en medio, y creemos que es la senda por la que se subía al campo de instrucción».

De confirmarse, esto daría pistas a los investigadores del sitio en el que se produjeron los fusilamientos y donde podrían estar los pozos. «Sabemos que tuvieron lugar hacia este lado de la senda, por lo que la pista nos llevaría hacia allí», señala el geólogo refiriéndose al lado derecho de la excavación, el más cercano al núcleo de Alfacar.

Radiografía del terreno

Además de las pistas anteriores, el equipo tiene ya datos que servirían para hacer una radiografía del terreno. Así, el profesor José Luis Peña distingue hasta cinco niveles diferentes en la zona.

El estrato más antiguo, y el más profundo de todos, corresponde al sustrato geológico. «Digamos que es la base natural sobre la que se asientan el resto de niveles», explica el profesor.

Inmediatamente sobre él se encuentran dos capas que Peña ha llamado B1 y B2. Ambas son acumulaciones naturales, «conos de sedimentos originados por el arrastre de materiales por la lluvia con un origen muy anterior a la Guerra Civil». Las dos están formados por gravas y sedimentos con tonalidades amarillas y ocres y cuentan «con interrupciones».

El cuarto estrato, contando desde abajo, sería el que los investigadores señalan como el original de 1936. «Ese suelo se formó hace 3.000 o 4.000 años, en un momento más húmedo que el actual, y se encuentro bastante más erosionado que los otros», describe Peña.

Para el equipo de arqueólogos, este nivel es el que está sirviendo de guía para los trabajos porque es donde más posibilidades hay de hallar indicios de la presencia de las fosas. «La aparición de interrupciones en este estrato sería indicativo de la construcción de los pozos», asegura el profesor.

Finalmente, el último de los estratos que se identifican en los laterales de la excavación corresponde a los materiales con los que se cubrió la zona en 1998 para la construcción de los campos de fútbol. «En función de la zona tiene 5 o 7 metros de profundidad y es el nivel que ha sido excavado con las máquinas en los días anteriores».

Ahora queda por delante el trabajo del georradar. El profesor Francisco García comenzará hoy las labores con el instrumento con la intención de encontrar más pistas que puedan ayudar a la localización de los pozos.

Aunque el equipo es cauto a falta de lo que indique el georradar, parece que la zona que se extiende a la derecha de la excavación es la que más posibilidades tiene de albergar las fosas «Lo pasaremos por todas las zonas, claro; aunque seguramente la que da más esperanza es la otra cata», concluye Peña.

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